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América Latina: ¿redención de los pecados ecológicos?

PK21 de octubre de 2004

En las últimas tres décadas, el medio ambiente ha sufrido un creciente deterioro en América Latina. Ahora, en vista de los problemas ambientales, las estrategias de desarrollo sostenible gozan de creciente aceptación.

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Roza de bosques en el Estado de Pará, Brasil.Imagen: AP


Tal la conclusión a la que llega el investigador Hartmut Sangmeister en un estudio que acaba de publicar el Instituto de Estudios Iberoamericanos, con sede en Hamburgo. "Un inventario de las estrategias nacionales de desarrollo sostenible demuestra, no obstante, que la letra y la aplicación práctica difieren aún en muchos países", acota Sangmeister.

Abgas
Gases tóxicos en el ambiente: un problema central.Imagen: Bundesumweltministerium

Ya en el III Informe Global sobre el Medio Ambiente (GEO 3), del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado en 2002, América Latina no salió muy bien parada. En GEO 3 se llegó a la conclusión de que en las pasadas tres décadas, la situación ambiental en América Latina y el Caribe empeoró continuamente.

Las principales causas fueron el crecimiento demográfico, la creciente desigualdad en la distribución del ingreso, deficiencias en la planificación de uso del territorio –sobre todo en las ciudades– y la persistente dependencia de muchas economías de la explotación de los recursos naturales.

Serios peligros para la salud

De acuerdo con GEO 3, en América Latina se registra más del 40% de la pérdida mundial de bosques naturales. Más de 300 millones de hectáreas ya están degradadas en la región y casi el 30% de los arrecifes coralinos en el Caribe están amenazados de desaparecer.

En las ciudades, donde vive el 75% de la población latinoamericana, la población está expuesta a serios peligros para la salud, particularmente por la contaminación del aire y del agua y una deficitaria eliminación de residuos.

Por si fuera poco, la región es azotada cada vez más por severas catástrofes naturales, que posiblemente se deban a cambios climáticos y que afectan sobre todo a las capas de población más pobres en las ciudades.

Creciente aceptación del desarrollo sostenible

En cooperación con el Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica y otras instituciones latinoamericanas, en 2003, el PNUMA presentó un informe ambiental sobre América Latina y el Caribe (GEO-LAC 2003). En él se mencionan las principales áreas de degradación ambiental.

Las más importantes son: degradación y erosión del suelo, desertificación, pérdida de bosques, reducción de la biodiversidad, contaminación del aire, contaminación de aguas, crecimiento incontrolado de las ciudades y suciedad en las aguas costeras.

No obstante o quizás justamente por ello, dice Sangmeister, en la región se registra ahora una creciente aceptación de las estrategias de desarrollo sostenible. Agrega que "grupos de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales combaten los comportamientos que dañan el ambiente y exigen de las autoridades un control efectivo de las disposiciones ambientales vigentes".

La letra y su aplicación divergen

Casi todos los países de la región tienen instituciones a nivel de gobierno para la protección ambiental y el desarrollo sostenible. Los estándares de las convenciones internacionales para la protección del ambiente se han plasmado en programas y estrategias.

"Sin embargo", advierte Sangmeister, "en muchos lados la letra y su aplicación divergen". Déficit presupuestarios, pero también la resistencia de grupos de intereses limitan la implementación de las regulaciones y la capacidad de imposición de las autoridades ambientales.

América Latina necesita imperiosamente crecer económicamente, subraya el investigador, "pero decisiva es la calidad de ese crecimiento". Y "para que el crecimiento sea sostenible, debe ser desconectado más que hasta ahora del insumo de materiales y medio ambiente".

Empresas tienden a resistir regulaciones

Asimismo advierte de la desregulación insensata: "el desarrollo económico determinado exclusivamente por fuerzas de mercado no reguladas no puede ser sostenible, porque las empresas tienden a resistir las regulaciones ambientales, lo que más logran cuanto más poder de mercado tienen".

Por ello, concluye, "una política de competencia que funcione es un elemento esencial para una política económica orientada hacia la sostenibilidad".

El Prof. Dr. Hartmut Sangmeister es catedrático de economía del desarrollo en la facultad de Economía y Ciencias Sociales de la Universidad de Heidelberg. Sus áreas principales de investigación en los últimos años han sido: el desarrollo económico y social de América Latina, los procesos de reforma económica y la integración regional en el Cono Sur.