América Latina en la academia alemana
23 de junio de 2018Los Estudios Latinoamericanos tienen en Alemania una larga tradición; su evolución dibuja una línea ascendente en las pizarras de las escuelas superiores y los centros de investigación extrauniversitarios en Berlín, Hamburgo, el eje Colonia-Bonn, Fráncfort, Bielefeld y Kassel. Eso cuentan Detlef Nolte y Nikolaus Werz, dos especialistas que impulsaron el desarrollo de esa disciplina, tras concluir sus carreras académicas: el primero fue director del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS), con sede en Hamburgo, hasta mayo de 2018. Werz cesó sus actividades como profesor de Política Comparada en la Universidad de Rostock en abril.
“En Alemania, los Estudios Latinoamericanos se restringían a cátedras puntuales en un puñado de universidades, como las de Hanns-Albert Steger (1923-2015) en la Universidad de Erlangen-Núremberg, Manfred Mols (1935-2016) en la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, Dieter Nohlen en la Universidad Ruprecht Karl de Heidelberg y Peter Waldmann en la Universidad de Augsburgo. ¡Y no olvidemos a Wolf Grabendorff! Eso cambió mucho en los últimos veinte años debido a la importancia que cobraron entidades como el ILAS y el Instituto Latinoamérica (LAI) de la Universidad Libre de Berlín”, comenta Werz.
El florecimiento de una disciplina
Nolte agrega a esa lista al Instituto para la Investigación de la Paz (PRIF), asentado en Fráncfort del Meno, al Instituto Iberoamericano (IAI) de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano y a la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín. “El número de académicos alemanes dedicados a la investigación de los asuntos latinoamericanos creció considerablemente, sobre todo en el Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), gracias a los proyectos promovidos por Detlef Nolte. El gran boom de los Estudios Latinoamericanos se registró en los años ochenta del siglo pasado”, asegura Werz.
“Tras la caída del Muro de Berlín, la atención de Alemania se ha visto acaparada por Europa del Este, Asia –con énfasis en China–, el Cercano Oriente y África, debido al aumento de los flujos migratorios hacia la Unión Europea. Es en esas regiones donde Berlín ve sus desafíos principales. Y todavía no está claro cómo lograr que América Latina conserve el interés del Gobierno y de los parlamentarios germanos”, explica Werz, cuyas primeras disertaciones sobre Latinoamérica y el Caribe aparecieron en la década de los setenta en el periódico iz3w, fundado por estudiantes de la generación de 1968 hace exactamente medio siglo.
Antes y después de 1989
Nolte comenzó a trabajar en el GIGA en 1989, cuando éste todavía era conocido como el Instituto Alemán de Ultramar y el ILAS, como el Instituto para el Conocimiento de Iberoamérica. “En aquella época, la investigación de los asuntos latinoamericanos en Alemania era muy provincial, estaba demasiado concentrada en sí misma”, recuerda. “Ahora es más interdisciplinaria y competitiva a escala internacional; quienes se dedican a ella están mejor conectados con sus homólogos de América Latina y otras regiones, y suelen intercambiar conocimientos más frecuentemente con expertos de otros ámbitos, como la Sociología o la Ciencia Política”, acota.
Nolte subraya que, con el tiempo, los de la Asociación Alemana de Investigación sobre América Latina (ADLAF) dejaron de ser los únicos congresos visitados por sus colegas y que sus discípulos han asumido el inglés como lingua franca para la divulgación científica. “La revista especializada que el GIGA publicaba en alemán desapareció debido a la escasez de artículos de calidad en nuestro idioma; hoy día, todo investigador con ambiciones de hacer carrera escribe en inglés”, enfatiza. A sus ojos, todos estos factores han contribuido a que los Estudios Latinoamericanos hechos en Alemania ganen prominencia alrededor del mundo.
Anglicanización y fragmentación
Werz tiene sus reservas al respecto. “Los Estudios Latinoamericanos han perdido visibilidad en el sistema científico alemán; se ha vuelto difícil determinar cuándo un análisis sobre un tópico latinoamericano se hizo dentro o fuera de Alemania. Y, sin ánimos de criticar, creo que uno de los motivos que propician esa pérdida de perfil es la creciente tendencia de los investigadores a publicar exclusivamente en inglés. Ahora, muchos jóvenes con interés en los Area Studies –es decir, los Estudios Regionales– creen innecesario aprender español o portugués porque están convencidos de que dominar el inglés les basta”, lamenta el profesor emérito.
“En mi opinión, quien desee entender a América Latina debe aprender español o portugués”, exhorta Werz, quien empezó a dar clases en la Universidad de Rostock en abril de 1994. “Mientras trabajé allí, los Estudios Latinoamericanos se diversificaron mucho. Ahora percibo que esa disciplina se está fragmentando e ‘hibridizando’, como dicen algunos colegas. Por ejemplo, los estudiantes se orientan cada vez más hacia el abordaje de temas desde la perspectiva de género y eso, aunque encomiable, puede conducir a desencuentros porque a ese punto de vista no se le da la misma importancia al otro lado del Atlántico”, añade el excatedrático.
Plazas y recursos
En lo concerniente a la ubicuidad de la lengua inglesa, Nolte distingue entre su hegemonía en las publicaciones y su uso en el proceso de investigación previo. “Son cada vez más los estudiantes que hablan español. En los primeros cursos que yo ofrecí, no se podía dar por sentado que los asistentes pudieran leer textos en español”. A Nolte le preocupa más la escasez de plazas universitarias con presupuestos propios relacionadas específicamente con el estudio del acontecer latinoamericano. “En ese sentido, abundan las cátedras en la Ciencia Histórica y en la Ciencia de la Literatura, pero no en las Ciencias Sociales”, se queja.
“También abundan los programas extraordinarios para el estudio del Medio Oriente y de África, pero no para los Estudios Latinoamericanos”, apunta Nolte. El exdirector del GIGA –un instituto cofinanciado por el Ministerio de Exteriores de Alemania y el Senado de Hamburgo– sostiene que los recursos disponibles reflejan, en mayor o menor grado, la relevancia que América Latina tiene para el Estado germano. Como bloque, los países al sur del Río Bravo siguen ocupando un lugar muy bajo en el ranking de las prioridades de la política exterior alemana. Werz lo secunda: “Latinoamérica sólo interesa en Berlín cuando arde”.
Algunas instituciones y redes alemanas dedicadas a los Estudios Latinoamericanos:
Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA), Kassel
Adscrito a la Universidad de Kassel
www.cela.uni-kassel.de
www.calas.lat
Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS), Hamburgo-Berlín
Adscrito al Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA)
https://www.giga-hamburg.de/en/giga-institute-of-latin-american-studies
Fundación Ciencia y Política (SWP), Berlín
https://www.swp-berlin.org/en/research-divisions/the-americas/display_type/detail/
Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín
https://www.lai.fu-berlin.de/es/index.html
Instituto Iberoamericano (IAI), Berlín
Adscrito a la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano
http://www.iai.spk-berlin.de/es/el-iai.html
Instituto Central de Estudios Latinoamericanos (ZILAS), Eichstätt
Adscrito a la Universidad Católica de Eichstätt
http://www.ku.de/en/zilas/
Centro de Estudios Interamericanos (CIAS), Bielefeld
Adscrito a la Universidad de Bielefeld
https://www.uni-bielefeld.de/(es)/cias/ueber-uns.html
Autor: Evan Romero-Castillo (EAL)
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