Almacenador de datos comestible
9 de enero de 2006En el laboratorio de Martin Andresen, del Instituto Max Planck de Gotinga, hay un refrigerador que a primera vista tiene un aspecto común y corriente. Sólo su contenido es fuera de lo común: millones de interruptores de luz microscópicos. Se trata de un proyecto de nanotecnología y esos interruptores son proteínas biológicas, según un artículo publicado por Deutschland Radio.
El biólogo toma un pequeño plato del refrigerador y lo abre. En su interior puede uno observar minúsculos puntos verdes que son concentraciones de bacterias. "Estas bacterias producen esta proteína, que a su vez es un interruptor natural de luz", dice el biólogo.
Fluorescencia microscópica
Estos interruptores son en principio un colorante de la llamada florescencia microscópica, que permite observar detalles sumamente pequeños en células vivas. El secreto es colorar con la sustancia química el pedazo a observar de la célula, tal como un órgano, para que ésta irradie luz fluorescente. Si se irradia la célula con luz verde, la parte impregnada con color proyecta una luz roja. El microscopio filtra la luz roja y con ello la imagen de la parte impregnada con colorante de la célula.
El interruptor biológico es un colorante muy especial, pues la luz verde activa el efecto fluorescente mientras que la luz azul la apaga. La idea de los investigadores es que si se aplica luz azul a parte de la célula que irradia luz roja fluorescente, con el objeto de oscurecer ciertas partes, entonces la parte que irradia luz roja es aún más reducida. Lo que permite que el microscopio observe los detalles más finos. Para utilizar mejor este efecto, los biólogos querían entender mejor el pequeño interceptor natural de luz. Para ello necesitarán producir cantidades masivas de la proteína.
Movimiento "hula twist"
En cooperación con varios grupos de investigadores, los biólogos de Gotinga cultivaron los cristales más puros a partir de los interruptores de luz biológicos y los analizaron bajo rayos X para determinar la forma de la proteína molecular. Según los resultados encontraron que sólo unos cuantos de los miles de átomos en la proteína reaccionan a la luz azul.
"Este grupo de átomos que se mueve, está vinculado al resto de las proteínas", dice Martin Andresen. Este pequeño movimiento alcanza para encender la proteína o apagarla. Los investigadores bautizaron el movimiento de los átomos como "hula twist". Con los resultados obtenidos hasta ahora quieren cultivar mejor los interruptores de luz biológicos.