Alianza del Pacífico: de éxitos y esperanzas

¿Ofrece la Alianza del Pacífico oportunidades también para empresas alemanas?

Con seguridad, ya que sus miembros fundadores, México, Colombia, Perú y Chile, son de los países más abiertos y más dispuestos a realizar reformas en América Latina. Sus tasas de crecimiento económico se hallan sobre las de Brasil, que, por su peso, marca el promedio en América Latina. El comercio intrarregional podrá crecer aún más si son eliminados los cuellos de botella en la infraestructura y la logística de los puertos y el transporte por carretera. Allí justamente veo oportunidades para las empresas alemanas. Importante para las empresas alemanas es, además de que en esos países surge una clase media con un considerable poder de compra, que esos países se orientan desde hace años hacia el mercado asiático y están también en condiciones de compensar la reciente caída de los precios de las materias primas con mayores incentivos para bienes industriales no tradicionales.

¿En qué se basa el éxito de la Alianza?

El éxito es aún en parte una esperanza. Pero hay indicadores de que vendrá. Uno de ellos es que los países no solo aspiran a crear una zona de libre comercio, sino también una unión aduanera con una política comercial común ante terceros. Además, potenciales miembros, con una economía igual de abierta, sobre todo en América Central (como Costa Rica) están ya tocando a la puerta y han realizado también ya grandes progresos en la eliminación de obstáculos tarifarios al comercio. Y tercero, la mayoría de sus miembros (exceptuando Colombia) toman parte en las negociaciones para lograr una Asociación Transpacífica con Japón, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos, todos países miembros de la ASEAN. De esa forma, en el futuro inversionistas extranjeros tendrían desde los países de la Alianza del Pacífico un más fácil acceso a los mercados de Asia, Oceanía y América del Norte.

¿Qué diferencia a la Alianza del Pacífico del Mercosur?

Claramente la mucho mayor coincidencia en cuestiones centrales de política económica, como la confianza en mercados abiertos, y una mucho mayor homogeneidad entre sus socios. La dominación de Brasil y las considerables disputas entre Uruguay y Brasil por un lado y el rumbo dirigista y volátil de Argentina, por otro, tanto debilitaron la posición negociadora del Mercosur ante otros socios comerciales como impidieron una más profunda integración entre los países. Esa hipoteca no la tiene la Alianza del Pacífico.