El bloguero que enfrenta a Putin
8 de septiembre de 2013Una aplanadora roja pasa por encima de la torre de televisión de Moscú: esa imagen espera a quienes visitan la página de Internet “Dobraja Maschina Pravdy” (La buena máquina de la verdad), de Alexei Navalny, y simboliza la victoria sobre el aparato de propaganda del Kremlin. En ese y en otros portales, Navalny denuncia la corrupción, un mal que se extiende por toda Rusia. Cientos de miles lo leen. Algunos diputados del Kremlin se vieron obligados a renunciar a su mandato tras las denuncias del bloguero. Con su “Fundación contra la corrupción”, el activista se ha ganado enemigos, entre ellos, nada menos que al presidente, Vladimir Putin. El periódico alemán Die Zeit describe a Navalny como “el enemigo más peligroso de Putin”.
Prueba de fuerzas en Moscú
Su participación en las elecciones municipales anticipadas del 8 de septiembre, la primera prueba para Navalny en su incipiente carrera política, no era segura, ya que en julio de este año se vio implicado en un controvertido juicio por desfalco como ex asesor de una empresa maderera en la ciudad de Kirov. Sin embargo, un tribunal decidió que el bloguero puede seguir en libertad hasta tanto no entre en vigor el veredicto. Según dijo en una entrevista radiofónica, el proceso fue obra del presidente Putin. Y expertos también son de esa opinión: “Se trata de un proceso netamente político”, dijo Jens Siegert, director de la filial en Moscú de la Fundación Heinrich-Böll a Deutsche Welle.
Imagen de un político no convencional
Alexei Navalny no es un político en el sentido tradicional del término, y tampoco está respaldado por un partido. Es padre de dos hijos y estudió abogacía en Moscú. Luego pasó un tiempo como becario en la Universidad de Yale, EE. UU. Entre 2000 y 2007, Navalny trabajó para el partido liberal ruso “Jabloko”, pero fue excluido del mismo por sus polémicas declaraciones. En esa época, Navalny se describía a sí mismo como un “nacionalista sensato”. Incluso tomó parte en las “marchas rusas”, organizadas por partidos de extrema derecha que intentan polarizar a la sociedad en contra de los inmigrantes. Poco después, el bloguero se distanció de esas actividades, pero siguió afirmando que en Rusia “no se debería considerar tabú” el tema de la inmigración.
En opinión de la periodista estadounidense Julia Ioffe, no solo la extrema derecha considera que los inmigrantes son un problema, sino también una amplia capa de la clase media rusa. Según ella, la participación de Navalny en las protestas fue “una maniobra cínica” para obtener un mayor apoyo de la población. Jens Siegert se adhiere a esa apreciación: “Creo que Navalny jugó con fuego”, subraya el experto.
Sin duda, el ascenso de Alexei Navalny es producto, en primera línea, de su activismo en Internet. Como líder de la oposición, participó, sobre todo, de manifestaciones por la mejora de garantías democráticas en Rusia, a fines de 2012, y fue detenido en varias oportunidades. También en 2012, Navalny obtuvo la mayoría de votos durante las elecciones para el Consejo de Coordinación de la Oposición –una organización que se autoproclama como “cúpula” de la oposición.
El bloguero ruso ya manifestó, asimismo, sus aspiraciones para el futuro: “Quiero ser presidente y cambiar la vida en el país”, dijo en una entrevista, a comienzos de 2013. Sin embargo, es dudoso que su deseo pueda cumplirse, ya que la fiscalía rusa ha iniciado diversos procesos contra Navalny. De ser juzgado, se vería impedido de concretar sus planes de gobernar Rusia.
Autor: Roman Goncharenko/ CP
Editor: José Ospina