Alexander von Humboldt: el surgimiento de un prodigio
27 de noviembre de 2018Alexander von Humboldt nació durante el reinado de Federico el Grande, el 14 de septiembre de 1769, probablemente en la casa de campo de su familia, en Tegel. A su bautismo asistió hasta Federico Guillermo, el futuro rey. Cuando nació Humboldt, Alemania aún no existía como país unificado. Prusia era apenas uno de muchos Estados. Berlín era un poblado con apenas 132,000 habitantes, y el 20% de su territorio era zona militar.
Crecer en un mundo de ilustrados
Marie Elisabeth Colomb y Alexander Georg, los padres, tuvieron dos hijos: primero Guillermo, y dos años después, Alexander. La familia recibió incluso a Goethe en su único viaje a Berlín, quien más tarde le devolvió el favor mencionando a Tegel en su obra "Fausto". Marie Elisabeth contrató a excelentes tutores para la educación de sus hijos. Gottlob Johann Christian Kunth, de 20 años, le enseñó a los chicos alemán, francés e historia. Tras la muerte del papá de Alexander, Kunth asumió el cargo de administrador y supervisor, y también organizaba charlas con especialistas en matemáticas, filosofía, griego y latín.
Wilhelm era estudioso, aunque hasta sus 16 años quería ser soldado y no se interesaba por las ciencias. Pero las invitaciones a salones de debate con intelectuales le despertaron la pasión por todas las disciplinas. Henriette Herz y Rahel Varnhagen, de la comunidad judía, reunían a artistas, escritores y pensadores en sus casas. Alexander creció entre gente culta y amante de las artes, e incluso practicó baile y habló algo de hebreo.
Georg Forster: la inspiración de un genial aventurero
Alexander visitó la Universidad de Fráncfort del Oder durante un semestre. Después de eso, estudió en Berlín Física, tecnología, Matemáticas, Griego, Dibujo y Botánica con profesores particulares. En 1789, se trasladó a la Universidad de Göttingen, en donde conoció a Georg Forster, un reconocido naturalista que participó en el segundo viaje de James Cook. Para Humboldt, un aventurero, viajero ideal y un verdadero mentor. Juntos recorrieron Alemania, Holanda, Inglaterra y Francia. Durante esta correría, Humboldt le encontró el sentido a su vida: las ciencias. A los 21 años, publicó su primer libro: una obra sobre basaltos del río Rin, dedicado a Forster.
Aunque al final Alexander nunca recibió un título universitario, su natural inteligencia fue promovida por una excelente educación no formal. Estudió negocios en Hamburgo y minería en Freiberg. Humboldt asumió su primer trabajo como inspector de minas de Prusia. Las minas de oro, hierro, vitriol y sal eran para el rey de Prusia especialmente atractivas, ya que mantenía el monopolio de sus derechos.
Hora de salir a estudiar y conocer el mundo
Tras la muerte de su madre, el 18 de noviembre de 1796, los hermanos Humboldt heredaron una fortuna. Alexander quería ser libre y viajó por toda Europa. En París compró los mejores instrumentos científicos de medición y conoció a Aimé Bonpland, que también estaba buscando una gran aventura. En marzo de 1799, con la ayuda de un diplomático sajón, Humboldt fue presentado al rey español, quien le otorgó permisos especiales a Humboldt y Bonpland para ingresar a todos los territorios españoles en América. El Banco Mendelssohn de Berlín le dio a Humboldt el crédito que necesitaba.
Humboldt había viajado por Alemania y conocía gran parte de Europa. También había escrito y publicado cinco libros, uno de ellos en latín. A los 29 años estaba lleno de energía, pero ni siquiera tenía idea de que su próximo viaje lo llevaría a la cima más alta del mundo y lo convertiría en uno de los hombres más famosos del planeta.
(JOV/CP)
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