Alemania y sus diques en el mar del Norte (2017)
Sin diques, las costas alemanas en el mar del Norte serían inhabitables. Esas barreras protegen a los lugareños, a sus animales y a sus tierras de las crecidas cotidianas y de las inundaciones esporádicas.
Todos deben echar una mano
La construcción de diques no es tarea para una sola persona. En la Edad Media se impusieron penas draconianas para evitar que la gente descuidara los deberes asociados a esa labor. Esta escultura en Otterndorf, ubicado en la desembocadura del río Elba, demuestra lo arduo que era el trabajo de erigir un dique. Hace muchos años, los costeños erigían y mantenían las barreras con sus propias manos.
Hace cien años...
Esta fotografía, tomada en Klanxbüll, Frisia Septentrional, muestra las dimensiones que un dique construido a mano podía llegar a tener. Quienes miren con detenimiento podrán ver a los trabajadores al lado de los rieles...
Los diques de hoy
Hoy día, el trabajo más duro corre por cuenta de profesionales y máquinas. En la Edad Media, cuando un costeño perdía la capacidad para hacerse cargo de las labores de mantenimiento de los diques, éste debía enterrar su pala en la tierra en señal de capitulación y abandonar su casa y su terreno. A quien creyera poder hacerse cargo de esa faena se le permitía ocupar el terreno abandonado.
El “Schimmelreiter”
La construcción de diques es una labor comunal financiada con los aportes de las cooperativas, integradas por los lugareños. Hasta el siglo XIX, las inspecciones de los diques se hacían a caballo, como se ve en esta imagen. La persona a cargo de esa tarea recibió un merecido homenaje en la obra "Schimmelreiter" del escritor alemán Theodor Storm (1817-1888).
Expulsando las aguas
El dique debe evitar que las aguas lleguen a las tierras habitadas; pero eso no siempre puede impedirse del todo porque, a veces, los terrenos están por debajo del nivel del mar del Norte. Para drenar esas aguas se debe esperar a que la marea baje y abrir las compuertas de los diques (las “Sieltore”) que dan hacia el mar.
Necesidad, ingenio y cultura
La compuerta retratada en la foto anterior está situada en la localidad de Greetsiel. Al lado se puede apreciar la instalación desde donde se puede bombear el agua hacia el mar mediante un potente mecanismo, incluso cuando la marea está alta. Compuertas (“Sieltore”) como esa le han dado nombre a varios poblados de la región: Greetsiel, Carolinensiel, Bensersiel, Neuharlingersiel...
Cuando llega el Ejército...
...ya es muy tarde. Para responder a los desafíos de las crecidas extraordinarias es necesaria la ayuda de los soldados: ellos cargan cientos de sacos de arena para estabilizar los diques y elevar su altura.
Y cuando el Ejército no puede solo...
Esta fotografía y la siguiente fueron tomadas durante una crecida registrada en febrero de 1962. Varios diques cedieron por completo en Hamburgo y sus alrededores tras una noche tormentosa. Durante y después de la tormenta, la Policía y los bomberos rescataron a mucha gente en peligro de ahogarse.
El peor de los casos
La ruptura del dique: esa es la peor de las pesadillas de un costeño. Un dique puede ser destruido por la violencia de las olas o por la altura de las masas de agua y su capacidad para desestabilizar las bases de la barrera. En todo caso, las consencuencias son mortales para quienes viven en las cercanías: quien no llegue a un lugar seguro a tiempo puede morir ahogado.
Recuerdo colectivo
En las inundaciones de 1962, 340 personas perdieron la vida. Desde entonces se han registrado varias crecidas importantes, pero los diques fueron elevados y reforzados a tiempo. En Alemania no ha vuelto a haber una catástrofe como la de hace 55 años. Y para evitar que ese desastre se repita, los diques son inspeccionados constantemente y, de ser necesario, elevados.
La construcción de diques es una tarea comunal en Alemania. Todos los habitantes de poblados amenazados a diario por las mareas y las crecidas de los ríos deben ayudar. Hace muchos años, los costeños erigían y mantenían las barreras con sus propias manos. Hoy, ellos recogen y ahorran dinero para pagarle a empresas especializadas por sus servicios.