1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Alemania y China, una tensa relación después de 50 años

10 de octubre de 2022

Mao y la Revolución Cultural, Xi Jinping y una rivalidad sistémica marcan los 50 años de relación entre ambos países. Los antiguos socios se alejan cada vez más uno del otro.

https://p.dw.com/p/4I0iA
Una bandera de China y otra de Alemania.
El 11 de octubre de 1972, el entonces ministro federal de Asuntos Exteriores, Walter Scheel, y su homólogo chino, Ji Pengfei, intercambiaron los instrumentos de reconocimiento diplomático entre Alemania y China, en Pekín.   Imagen: Getty Images/AFP/O. Andersen

El Ministerio Federal de Asuntos Exteriores habla de la "gran diversidad y densidad", sobre las relaciones entre Alemania y China en su página web, 50 años después de que el entonces ministro federal de Asuntos Exteriores, Walter Scheel, y su homólogo chino, Ji Pengfei, intercambiaran los instrumentos de reconocimiento diplomático mutuo, en Pekín, el 11 de octubre de 1972.  

Pero el viento político ha cambiado y la rivalidad se ha incrementado. En el pasado, una gran variedad de delegaciones de ambas partes iba y venían entre Alemania y China. En el presente, los encuentros entre políticos alemanes y chinos son poco frecuentes. Eso también tiene que ver con la pandemia, la estricta estrategia de China de "cero covid" y la restrictiva normativa de entrada. Pero no es solo eso. 

Estas características se relacionan, principalmente, con el hecho de que los elementos que antes los asociaban han disminuido en los últimos años. La rivalidad entre sistemas ha pasado también, cada vez más, a un primer plano, ya sea por los gestos amenazantes de China hacia Taiwán, la persecución de la minoría uigur, la represión masiva del movimiento democrático en Hong Kong o las acciones agresivas de Pekín en el mar de China Meridional. 

Las diferencias de intereses entre los socios chinos e internacionales en las empresas conjuntas en China solían describirse con una metáfora: "Dormir en la misma cama, pero tener sueños diferentes". Hoy, pareciera ser que Alemania y China ya tienen habitaciones separadas.

Rivalidad entre grandes potencias 

Con su afán por convertirse en el centro del orden mundial, China entra automáticamente en conflicto con la anterior potencia hegemónica, Estados Unidos. Algo problemático para Berlín, porque ese conflicto se desarrolla entre el socio económico más importante de Alemania y su aliado más poderoso.

El experto en China Bernhard Bartsch, del think tank MERICS, señaló que, "Alemania y Europa se encuentran en una situación en la que cada vez se plantea más la pregunta: '¿De qué lado estás?'". Y esa decisión es cada vez más difícil de evitar. "El término político para esto es que la relación de Alemania con China y con Estados Unidos no es ecuánime. Que estamos mucho más cerca de Estados Unidos que de China, pero no queremos desaprovechar las oportunidades que ofrece Asia", agregó Bartsch. 

Una foto del aniversario número 70 de la fundación de la República Popular de China, con la imagen de Xi Jinping de fondo
Xi Jinping en el aniversario número 70 de la fundación de la República Popular China. En el centenario de su fundación en 2049, se dice que China será potencia mundial.Imagen: AFP/G. Baker

Desde Alemania, Robert Habeck, ministro de Economía y vicecanciller de los Verdes, ya ha anunciado una "política comercial más firme" hacia China. Al final de la conferencia de ministros de comercio del G7, a mediados de septiembre, Habeck declaró: "Se acabó la ingenuidad hacia China". 

Actualmente, unas 5.000 empresas alemanas están activas en el país asiático y han invertido unos 90.000 millones de euros en ese país. 

Asimismo, el presidente de la Cámara, Jörg Wuttke, afirmó a DW que "los europeos y los chinos ya no puedan intercambiar ideas. Ya casi ningún dignatario chino vuela a Europa, y eso siempre fue muy importante para ver la realidad de los diferentes países". 

Como miembro del grupo parlamentario germano-chino, la diputada del SPD Dagmar Schmidt ha podido comprobar, en primera persona, el distanciamiento. Según la diputada, las reuniones, en los últimos años, se volvieron extrañas y aburridas. "La gente ya no hablaba con tanta libertad, todo estaba mucho más controlado", dijo.

Es cierto que Europa y China están ya en los extremos opuestos de un continente común. Sin embargo, en el aniversario número 50 del establecimiento de las relaciones diplomáticas, parecerían alejarse todavía más.

(cp)