Alemania se prepara para duras leyes antitabaco
23 de febrero de 2007Los países europeos que no contaban con leyes antitabaco y medidas para proteger a los no fumadores se apresuraron en los últimos años a adoptarlas. Alemania, sin embargo, se encontraba entre los rezagados del continente. Unos decían que la presión de las tabacaleras hacía mella en las decisiones de Berlín. Otros sacaban cuentas y concluían que, sumando los impuestos sobre el tabaco a la adelantada muerte de los fumadores y el correspondiente ahorro que esto suponía en asistencia sanitaria y cuidados durante la tercera edad, a las finanzas estatales les resultaba más económico que sus conciudadanos siguieran inhalando nicotina.
Pero los buenos tiempos para los fumadores, o los malos, según se mire, podrían estar acercándose a su fin: Alemania ha decidido recuperar el terreno perdido en pro de la salud pública.
El Gobierno a buen recaudo
Hasta ahora, los alemanes sólo tenían derecho a un puesto de trabajo libre de malos humos. Y no todos los alemanes, porque la restricción no servía para quienes trabajan en bares o restaurantes. En el resto de los ámbitos fuera del laboral reinaba en el tema del tabaco la regulación particular en solitario.
Orgulloso anunciaba el Gobierno alemán esta mañana, después de que durante largo tiempo las críticas le llovieran por esta cuestión, que se había decidido a prohibir totalmente el fumar, salvo en salas cerradas y especialmente habilitadas para ello. Pero, añadía, la prohibición se restringía a los ámbitos que eran de su competencia, es decir, a los edificios gubernamentales, las estaciones de tren, porque el transporte es cosa de Berlín, y a los colegios y guarderías porque el Gobierno central es quien se ocupa de la protección de los menores.
La patata caliente quedaba así en manos de los Länder, los Estados federados: ellos debían decidir si los clientes de bares y restaurantes, como sucede en muchos países europeos, tendrían en lo sucesivo que salir a la calle para poder encender sus cigarrillos. De los Länder se esperaba una decisión unánime porque, según se decía desde la capital, explicar a los ciudadanos la razón por la que Baviera considera más peligroso el humo del tabaco que Baja Sajonia iba a resultar algo complicado.
Prohibición con peros
A principios de esta semana, un estudio realizado en Baviera (sur de Alemania) le ponía cifras a la contaminación del aire en bares y discotecas: los resultados equivalían a niveles bajo los cuales los trabajadores de una empresa estarían obligados a usar mascarillas, o incluso no se les llegaría a permitir que trabajasen.
Desde el medio día de hoy, los ministros de sanidad de los 16 Estados alemanes se reunían en Hannover para decidir dónde harían colgar los carteles de prohibido fumar. "Cada año mueren en Alemania unas 140.000 personas a consecuencia del tabaco. Resulta incomprensible que aún se siga dudando sobre si prohibir o no que se fume en bares y restaurantes", decía Jacob Autschbach, de la Escuela Superior de Medicina de Hannover, congregado junto con otros manifestantes a las puertas del encuentro.
Finalmente, los ministros de sanidad les han dado la razón a los defensores de la buena salud y se han declarado a favor de prohibir que se fume en todos los edificios oficiales, los lugares a los que tengan acceso los niños, los hospitales y los sitios de recreo como museos, teatros, cines… y discotecas, bares y restaurantes.
Aún así, hasta que los primeros ministros y los gobiernos de todos los Estados no hayan dado su visto bueno a lo acordado por las autoridades sanitarias regionales, ninguna prohibición podrá entrar en vigor, y éstos no piensan discutir el tema antes de finales de marzo. Además, los Estados de Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia se reservan el derecho de examinar la situación en bares y restaurantes y, en caso de creerlo conveniente, introducir ciertas excepciones a la prohibición, con lo que se sospecha que esta cuestión seguirá dando de qué hablar.