Alemania: se buscan maestros de primaria (hombres)
2 de diciembre de 2017Un hombre maestro es una imagen inédita en las escuelas de primaria alemanas. Es tan inusual, que asombra incluso a los niños. "Algunos pequeños están tan confusos, que llegan a dirigirse al hombre como "señora” en lugar de "señor”, e incluso como "señora señor”, relata Christoph Fantini, director del área de ciencias de la Educación y Formación de la Universidad de Bremen. "Sencillamente, nunca han visto antes un hombre en esta función y no saben cómo dirigirse a él”.
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Maestro de escuela, "profesión no masculina”
Enseñar en la escuela primaria es en Alemania una profesión desempeñada principalmente por mujeres. En 2015, había 17.500 inscritas en el grado de magisterio, frente a menos de 2.500 hombres. Es algo que también tiene que ver con el salario, pues está mejor pagado el puesto de profesor de enseñanzas superiores. Y la diferencia se traduce en cientos de euros mensuales. Pero Christoph Fantini no cree que se trate tan solo de una cuestión de salario. "Si a un joven de 18 años se le pregunta sobre cuánto gana un maestro de primaria, no sabe decir si es más o menos que otros profesores. Lo que sí sabe es que es una profesión que se considera ‘no masculina'. Además, los muchachos tienen miedo de tener que educar a niños pequeños y la cercanía emocional que ello implica”, explica Fantini.
Todos se benefician: niños y hombres
Con el fin de cambiar esta percepción errónea de la profesión de maestro, Fantini creó hace un lustro el proyecto "Alquile un maestro”. Concretamente Bremen, el estado federado en el que él mismo trabaja, necesita un programa como este: de 90 escuelas públicas, 19 de ellas no cuentan con un solo maestro. Gracias a la iniciativa de Fantini, estas escuelas reciben la visita tres horas a la semana de un estudiante de magisterio. Se trata de una situación en la que todos se benefician: los pequeños experimentan la enseñanza con un maestro varón y los estudiantes adquieren experiencia y ganan algo de dinero.
Erik Schäfer es uno de esos jóvenes. Lleva cinco años participando en el proyecto "Alquile un maestro”. Un miércoles por la tarde del mes de noviembre se sienta con los activos alumnos de cuarto grado durante su taller de matemáticas. "Señor Schäfer, ¿puedo resolver ya esta tarea?”, pregunta un muchacho. "No me copies, que ya he terminado”, dice otro. "Es en realidad muy sencillo. Solo hay que pensar con lógica", afirma otro colegial.
Como si fueran niños con sus hermanos mayores
Los escolares se sientan en mesas de a dos y agitan sus manos frente al rostro de Schäfer, para que este les dé el turno de palabra. "Durante un tiempo no pude hacer el taller de matemáticas y los escolares venían a mí todas las semanas para preguntarme cuándo se reanudaba”, relata el aspirante a maestro. Schäfer comenzó a trabajar en el proyecto porque quería adquirir experiencia. Su trabajo en la escuela Kirchhuchting le ha enseñado que es "capaz de trabajar muy bien con niños pequeños” y asegura haber encontrado su "auténtica vocación”. Al principio, vivió la confusión de los escolares cuando se encontraron con un maestro en lugar de una maestra. "Tardaron varias semanas en acostumbrarse”, sonríe el joven. "Y mi largo cabello lo hizo todo más difícil”, sonríe.
Hombres en el hogar
Ruth Rauer es la directora de la escuela primaria de Kirchhuchting. Está muy contenta de contar con Schäfer en su claustro, que tiene once maestras para 170 escolares. La escuela fue una de las primeras en formar parte del proyecto "Alquile un maestro”. "En esta zona de Bremen hay mucha pobreza infantil”, explica Rauer, "y queríamos aprovechar todos los recursos posibles para ayudar a nuestros escolares. Muchos de ellos viven en un hogar solo con la madre y les falta una persona masculina de referencia” Tanto a ella como a sus colegas les gustaría tener otro maestro en el centro: "Ya no nos podemos imaginar la escuela sin un hombre”, dice una de las colegas de Schäfer.
Tópicos sobre hombres y mujeres
Christoph Fantini cree que en toda Alemania hacen falta más referencias masculinas en todas las capas de la sociedad. "Para los niños sería bueno que vieran que no hay trabajos de hombres o de mujeres”, dice. Uno de los maestros que participa en su proyecto preguntó a los escolares recientemente que por qué había tan pocos maestros en el centro. "Uno de ellos respondió: ‘porque las mujeres son más listas y los hombres más fuertes'", dice Fantini. Cuando se le preguntó a otro muchacho qué actividades consideraba masculinas, dijo "cocinar, boxear, bailar y ser maestro”. Son precisamente las cosas que un profesor de la escuela mencionó un mes antes como sus grandes pasiones.
Autora: Carla Bleiker (MS/ELM)