Alemania reabre debate sobre prostitución
1 de diciembre de 2013
Aunque no existen cifras oficiales del número de trabajadoras del sexo que trabajan en el país germano, estimaciones hablan de 400.000 personas.
El gobierno de socialdemócratas y verdes buscaba mejorar la situación legal y social de las prostitutas alemanas con la llamada Ley de Prostitución, que puso en marcha en 2002. Desde entonces, la prostitución cuenta como profesión legal: las sexoservidoras tienen acceso al seguro social y pueden demandar a un cliente por falta de pago.
Críticos, sin embargo, señalan que solo muy pocas personas del sector hacen uso de la posibilidad de registrar oficialmente su profesión. Según datos de la Oficina de Empleo Alemana, actualmente solo están registradas 44 sexoservidoras. “El problema es que la ley favorece a los proxenetas”, cree el policía Helmut Sporer, quien desde hace 20 años trabaja en el sector.
A merced de los proxenetas
El artículo tercero de la Ley de Prostitución concede a los jefes de prostíbulos “autoridad limitada” sobre las prostitutas, que en muchos casos solo aparentan trabajar de forma independiente. Helmut Sporer opina que esto viola la dignidad humana y deja a las sexoservidoras, que desconocen sus derechos, a merced de sus proxenetas. Sobre todo las mujeres y niñas provenientes de Europa del Este, que son obligadas a prostituirse, se ven afectadas.
También la revista feminista alemana Emma critica esta legislación: Alemania tolera y hasta fomenta la esclavitud moderna, según dicha revista. Por ello, la editora de la revista, Alice Schwarzer, exige que la ley en cuestión sea revisada urgentemente. “Nuestra meta es proteger a las mujeres y ayudarles a abandonar la prostitución, así como perseguir a las personas que se aprovechan de ellas”, dijo la feminista a la cadena alemana ARD.
El acuerdo de coalición entre la unión conservadora y los socialdemócratas prevé cambios. Sobre todo en los puntos que hacen referencia a la prostitución forzada: “No solo castigaremos de forma más consecuente a los autores de un delito, que venden a personas como mercancía y las obligan a prostituirse. También procederemos contra aquellos que se aprovechan de la situación en la que se encuentran estas víctimas”, explica Erika Steinbach, jefa del grupo de trabajo para Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria de la fracción parlamentaria de la CDU/CSU.
Francia pretende castigar a proxenetas
El futuro gobierno alemán pretende revisar la ley de prostitución a fin de poder ofrecerles un mejor derecho de asilo a las víctimas de prostitución forzada, que muchas veces residen ilegalmente en Alemania, si declaran en el marco de un proceso. Asimismo, en el futuro será posible condenar al autor de un delito aún sin la declaración de la víctima.
En Francia, desde hace décadas, está prohibido el proxenetismo, así como llevar un burdel. Actualmente, el gobierno del país vecino pretende introducir una ley que castigue a los proxenetas con una multa de 1.500 euros. Si se llegara a reincidir en el delito, la multa podría ascender a 3.750 euros. De facto, la legislación francesa no prohíbe la prostitución, no obstante, las sexoservidoras que viven de su profesión podrían perder a sus clientes.
El tema divide a la sociedad francesa: mientras que organizaciones feministas emprendieron una campaña para introducir la nueva Ley de Prostitución, asociaciones de prostitutas protestan en contra de ésta.