Alemania no reconoce al embajador de Guaidó
28 de marzo de 2019En la plataforma online de videos YouTube puede verse una entrevista que un periodista venezolano le hizo a Otto Gebauer el 16 de marzo de 2019 en Colonia. Las declaraciones del representante diplomático en Alemania de Juan Guaidó no son muy profundas: él critica al Gobierno de Nicolás Maduro con severidad, habla brevemente sobre una conversación que sostuvo con Marian Schuegraf, la encargada para Latinoamérica y el Caribe del Ministerio de Exteriores germano, y subraya la necesidad de cooperar con empresas alemanas como Siemens para evitar que Venezuela siga padeciendo fallas eléctricas masivas como las de las últimas semanas. Pero lo que llama la atención de ese video es que Gebauer sea descrito como “el embajador de Venezuela en Alemania”.
A más tardar este jueves (28.3.2019) quedó claro que Gebauer está lejos de ocupar ese cargo.
El Gobierno de Angela Merkel no va a acreditar a Otto Gebauer como embajador. El 13 de marzo de 2019, Berlín lo recibió como “representante personal del presidente interino Juan Guaidó” con miras a sostener conversaciones de índole política con él. “Pasos adicionales no han sido contemplados”, señaló el Ministerio de Exteriores de Alemania, a petición del partido La Izquierda.
“Diplomacia en el sentido estricto de la palabra”
“A mi juicio, esa es una decisión comprensible, pragmática y apegada a las circunstancias. Debido a la gravedad de la situación que atraviesa Venezuela, no hay una solución perfecta”, comenta Helge Lindh, miembro del Grupo Parlamentario para los Estados Andinos en representación del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). “La decisión del Gobierno alemán no es inconsecuente, sino un acto de diplomacia en el sentido estricto de la palabra”, agrega Lindh.
En la Unión Europea, fue ante todo el Gobierno de España el que presionó para que a los representantes de Guaidó no se les atribuyera estatus ni prerrogativas diplomáticas. “Reconocer a Guaidó fue una decisión política y una señal; pero, en la actual situación, no tiene sentido reconocer a los enviados de Guaidó, porque eso equivaldría a desconocer el hecho de que Maduro sigue teniendo el poder en Venezuela”, esgrimió Lindh al referirse a la posición de España.
Para Berlín y para una parte de la comunidad internacional es cada vez más problemático el hecho de que Guaidó siga esperando que se le reconozca como mandatario interino cuando el período máximo de un presidente de transición –treinta días– ya se ha vencido. Y “las condiciones no están dadas, a los ojos del Ejecutivo alemán”, para poder organizar nuevas elecciones presidenciales en Venezuela, informa el Ministerio de Exteriores de Alemania.
La situación es paradójica: Venezuela tiene simultáneamente dos "embajadores" en Alemania y el Gobierno alemán no sostiene conversaciones políticas con ninguno de ellos. Para Helge Lindh está claro que “este estado de cosas no se puede mantener por mucho tiempo; esto no es algo que podamos soportar durante años”.
¿Saliendo del limbo legal internacional?
“La decisión del Gobierno alemán es correcta porque el envío de nuevos representantes desde Venezuela deriva del reconocimiento del autoproclamado presidente Juan Guadió; un reconocimiento que está reñido con el Derecho Internacional”, arguye, por su parte, Heike Hänsel, la diputada de La Izquierda que le pidió al Ministerio de Exteriores alemán aclarar su postura en esta materia. Hänsel, quien forma parte de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, ya había criticado previamente la decisión del Ejecutivo de Merkel de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Un peritaje del Parlamento alemán llegó a la conclusión de que, según el Derecho Internacional, la legalidad del reconocimiento de Guaidó era discutible. Hänsel enfatiza la contradicción entre el reconocimiento de Guaidó, por un lado, y el no reconocimiento de Gebauer, por otro. “Eso evidencia la incongruencia de la política de Alemania frente a Venezuela. Con el reconocimiento de Guaidó, Alemania entró en un limbo legal internacional del cual ahora empieza a salir”, advierte.
Para Hänsel, la razón ha vuelto a imponerse en Europa ante la línea de la Casa Blanca. “El Gobierno alemán empieza a darse cuenta lentamente de que las contradicciones son cada vez mayores y ahora intenta corregir su curso”, dice la legisladora de La Izquierda, acotando que el Ejecutivo de Merkel debe reformar su política de cara a Venezuela y contribuir a hallar una solución para la crisis del país caribeño.
Estados Unidos, como advertencia
Hans-Joachim Heintze, jurista y profesor del Instituto para el Derecho Aplicado al Fomento de la Paz y el Derecho Internacional Humanitario, adscrito a la Universidad de Bochum, tacha de “desafortunada” la actuación del Ministerio de Exteriores alemán de cara a la crisis político-institucional venezolana. Heintze opina que, al apoyar a Guaidó, Alemania “tomó partido anticipadamente y les cerró puertas a otras posibilidades”. Estados Unidos debió servirle de advertencia, cree el académico de Bochum: “Estados Unidos siempre intervino apresurada e intensamente en Latinoamérica. Basta preguntar cuál es la reputación que tiene Estados Unidos en la región hoy día. Alemania debió haber actuado con más precaución”, dice Heintze.
Para el jurista, la decisión de no reconocer a Gebauer como embajador de Venezuela en Alemania es un indicio de que Berlín ha reconocido su error. “Siempre es inconveniente interferir desde fuera en los asuntos internos de otros Estados”, comenta. Al hacerlo, Alemania tomó partido por la oposición y se cerró otros canales, lamenta Heintze. “Ahora Berlín se percata de que la situación en Venezuela no se puede resolver tan rápidamente”, añade.
El acta Gebauer
Es posible que el Gobierno alemán le haya hecho un favor a Guaidó. Y es que el perfil de Gebauer es combustible para la controversia. El enviado de Guaidó a Alemania pasó seis años, tres meses y veinticinco días en la cárcel por su involucramiento directo en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 contra Hugo Chávez, el predecesor de Nicolás Maduro en la presidencia de Venezuela. El excapitán formó parte del comando que transportó a Chávez a la isla La Orchila y lo mantuvo preso allí. Gebauer escribió un libro sobre ese episodio de la historia reciente venezolana titulado “Yo lo vi llorar”.
No hay que ser un crítico de Guaidó para preguntarse si el autoproclamado presidente no tenía a su alrededor a personas más apropiadas para enviarlas a Alemania. “Gebauer no encarna a nuestro ideal de un demócrata puro. Sin embargo, dadas las circunstancias, está claro que el Gobierno alemán no habría aceptado tampoco a otra persona como embajadora de Venezuela”, dice el socialdemócrata Helge Lindh.
(erc/er)
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