Alemania, Luxemburgo y Francia a favor de un Fondo Monetario Europeo
9 de marzo de 2010La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió este martes (9.3.2010) con el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, para analizar la aplicabilidad de un instrumento que pueda evitar o ponerle coto a futuras crisis, como la que hoy azota a Grecia y pone a temblar a otros Estados de la Unión Europea. El instrumento que más ha dado que hablar en los últimos días es el de un fondo monetario para los países comunitarios, cuya creación –a imagen y semejanza del Fondo Monetario Internacional– fue sugerida por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, el pasado fin de semana.
Tanto Merkel como Juncker se manifestaron a favor de crear un fondo monetario europeo que auxilie a Estados altamente endeudados cediéndoles créditos e imponiéndoles severas condiciones con miras a consolidar sus presupuestos nacionales. Pero ambos dejaron claro de antemano lo que muchos parecen querer oír: “Esto no debe interpretarse como una invitación a dormirse en los laureles y bajar la guardia”, dijo Juncker, quién también es director del Eurogrupo, un gremio informal conformado por los ministros de Finanzas de la eurozona que se reúne mensualmente para coordinar las políticas económicas de sus respectivos países.
¿Todos a favor?
En la tarde del martes, desde Estrasburgo, donde la Comisión Europea sesiona junto al Parlamento Europeo, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, sumó su voz a las de Merkel y Juncker para pedir la creación de este órgano supervisor, agregando, eso sí, que éste debe contar con el pleno respaldo de todos los socios europeos. Considerando que los 16 países de la eurozona están intentando por todos los medios restablecer la credibilidad internacional en el mercado único, la moción a favor del fondo monetario parece tener buenas perspectivas.
Pero no todos contemplan el escenario de un fondo monetario europeo con entusiasmo. El Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort del Meno, entre cuyas misiones más importantes está la de controlar la tasa de inflación del euro, se ha pronunciado en contra de la idea de crear un fondo comunitario. Jürgen Stark, economista jefe del BCE escribió recientemente en el Handelsblatt, el periódico económico de Alemania, que el fondo no es compatible con los fundamentos de negocios de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y, en consecuencia, tampoco lo es con la moneda comunitaria, el euro.
Demasiado tarde para Grecia
La idea consiste en que, cuando un país de la Unión Europea se halle al borde de la quiebra, el fondo monetario europeo compre su deuda o parte de ella con un descuento de entre el 60 y el 70 por ciento de su valor. De crearse, el fondo será financiado por los países comunitarios para los países comunitarios: desde ya se prevé que los impulsores y potenciales beneficiarios del fondo monetario europeo se comprometerán a no recurrir a auxilios financieros otorgados por el Fondo Monetario Internacional; el objetivo es evitar que Estados Unidos y China puedan influir sobre la eurozona cuando la coyuntura apriete.
Merkel y Juncker insistieron también en que un fondo monetario europeo no sería fundado a tiempo para sacar a Grecia de los aprietos que atraviesa actualmente. La recolección de los fondos tardaría años y Grecia está obligada a buscar créditos en los mercados de capitales en los próximos meses, sin mencionar que debe reducir su déficit fiscal contra reloj.
Una gestación de dos años
Según el diario especializado The Financial Times, también Francia se ha mostrado dispuesta a financiar el fondo monetario europeo, pero haciendo hincapié en que la creación de este instrumento no implique la alteración de los tratados comunitarios. El énfasis parece ser necesario. Y es que, a juicio de Merkel, el fondo –alimentado por los aportes de cada país europeo, dependiendo de la fuerza de sus respectivas economías– sólo puede erigirse si se modifican los tratados. De ponerse en marcha, el proceso de creación del fondo monetario en cuestión tardará dos años.
Autor: Bernd Riegert / Evan Romero-Castillo / dpa
Editor: Pablo Kummetz