Alemania lucha contra la obesidad infantil
17 de noviembre de 2013
“Nuestro proyecto pretende enseñar a los niños jugando qué es importante para llevar una vida sana”, explica Elisa Schunkert, directora del proyecto. Una vez por semana, junto con otros cinco estudiantes de la universidad privada de Witten, Elisa imparte clases a un grupo del cuarto grado de primaria de la escuela de Bochum.
“Añade Acción” (Add Action) se llama el programa preventivo que estudiantes de medicina de Witten fundaron hace cinco años, poco después de que se diera a conocer un estudio sobre el aumento de obesidad en niños alemanes.
Según el Instituto Robert Koch, uno de cada seis niños tiene graves problemas de sobrepeso, y el número de niños y adolescentes obesos, hasta los 17 años de edad, aumentó un 50 por ciento desde la década de los 90 del siglo pasado. En EE.UU. y Gran Bretaña, este porcentaje es de hasta un 60 por ciento.
Comparado con EE.UU., Alemania no cuenta con programas de deportes y salud a nivel nacional, opina Bernhard Riese, director de la escuela en Bochum Oriental. Riese explica que la mayoría de los niños ya no se apasiona por las clases regulares de deportes y de natación. En su tiempo libre, en cambio, ven tele, juegan computadora y videojuegos.
Aprender a confiar
En el proyecto “Añade Acción”, los alumnos de cuarto grado aprenden jugando a desarrollar un espíritu de equipo, a fortalecer su autoestima y que una alimentación saludable es importante para una vida sana y larga. Aparte de las clases de deportes, los niños también participan en cursos de cocina y excursiones a granjas.
Muchas veces Elisa se sorprende de lo poco que sus alumnos saben de alimentación. “Cuando cocinamos pizza, solo pocos saben de qué está hecho el queso”, cuenta la estudiante de medicina Felicitas Saal.
El proyecto tiene lugar en un barrio de Bochum Oriental, un barrio problemático, donde muchos padres de familia son desempleados o trabajan horas extras en empleos mal pagados para ganarse el pan de cada día y por ello no tienen mucho tiempo para ocuparse de sus hijos.
“Podemos aprender mucho de la interacción con estos niños”, cree el estudiante de medicina Stephan Regenbogen. “Siendo médicos, en el futuro trataremos con personas de todas las clases sociales”. Para Paul Menge es muy importante que los niños aprendan a desarrollar confianza. “Cuando practicamos escalada, por ejemplo, un niño debe poder confiar en otro, pero, en muchos casos, desconocen esta experiencia”.
Una mala alimentación también puede ser señal de soledad y angustia, indica el estudiante de medicina. Estudios muestran que sobre todo niños de clases sociales bajas son propensos a la gordura. Su porcentaje de obesidad, entre 11 y 13 años de edad, es hasta tres veces mayor.