Alemania llora a un héroe
17 de junio de 2002El héroe de Berna ha muerto. El inolvidable astro del fútbol que condujo por primera vez a una selección alemana a la victoria en el Campeonato Mundial de fútbol de 1954, murió este lunes a la edad de 81 años, después de padecer una larga enfermedad cardiaca, "simplemente murió estando dormido en su cama", dijo Michael Novak, portavoz del que fuera su equipo, el Kaiserslautern.
"Alemania está de duelo por uno de los grandes del fútbol" dijo el Canciller alemán Gerhard Schröder en Berlín, y añadió que su muerte lo llena de pesar. "Walter fue para mí y para mi generación una luminaria de nuestra niñez y juventud".
El milagro alemán.
Schröder recordó el mérito del astro en la Copa del Mundo de Berna. "Fue él quien puso en práctica la estrategia del seleccionador Sepp Herberger, pero también incentivó y motivó a sus compañeros, con una actuación combativa y elegancia en el juego. El capitán fue ejemplo del espíritu deportivo", dijo el canciller.
Aquel 4 de julio de 1954, la selección alemana destrozó todos los pronósticos en Berna, imponiéndose a Hungría, con un marcador 3 –2 Sepp planificó sin presiones el juego decisivo ante los poderosos magiares, rodeado por sus hombres, entre ellos, su estrella, capitán y orquestador de juego, Fritz Walter, de 34 años. Todo le salió a pedir de boca al estudioso y visionario Sepp en la jornada memorable en el estadio Wankdorf de Berna.
En el mundial de Asia, la selección alemana recordará al héroe de Berna, antes de iniciar el partido de cuartos de final el viernes, cuando enfrentará a Estados Unidos. El presidente de la Federación alemana de Fútbol, Gerhard Mayer–Vorfelder, calificó a Fritz Walter como una de las grandes personalidades que ha tenido la Federación y añadió que su legado no será olvidado.
Su ejemplo a seguir era Max Schmeling
Durante los últimos años, el legendario futbolista padeció una dolencia cardiaca que lo acabó derrotando. En Febrero tuvo que ser hospitalizado debido a un infarto. Ultimamente incluso evitaba presenciar los partidos de su selección en el estadio que lleva en su nombre en su honor.
Aunque ‘el viejo Fritz’, como lo llamaba de cariño la prensa alemana, disfrutaba de su popularidad, evitaba, paradójicamente, estar en el centro de la atención pública. Prefería quedarse en segundo plano. Tan era así, que cuando se hablaba sobre él como ídolo de generaciones enteras, prefería evadir la cuestión remitiéndose a su propio héroe de toda su vida: el boxeador Max Schmeling, "él siempre fué y seguirá siendo para mí un ejemplo a seguir" decía
Es una paradoja que el genial futbolista que devolvió a Alemania la confianza en si misma después del trauma que significó la Segunda Guerra Mundial, haya partido justamente en plena fiebre mundialista. Con más razón se le invocará estos días.