La "campana de Hitler" seguirá sonando
27 de febrero de 2018De hierro masivo, la campana que lleva la inscripción "Todo por la Patria y por Hitler" sigue sonando en la tranquila aldea de Herxheim am Berg, en el suroeste de Alemania, alejada de la polémica que provoca. En ese idílico pueblo del Palatinado, de unos 800 habitantes, poblado de viñedos, se halla la Iglesia de Santiago (Jakobskirche), donde está ubicada la campana.
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Como si el mensaje esculpido no fuese lo suficientemente claro, una cruz gamada y el nombre de Adolf Hitler subrayan el origen nazi de la campana, que sonó durante 84 años, desde 1934, dando el cuarto de hora y llamando a misa, anunciando bautismos y bodas, sin que nadie hablara de eso. Hasta que una profesora de música de un pueblo vecino, la organista Sigrid Peters, denunció el oscuro pasado de la campana a la prensa local, en mayo de 2017.
Voto secreto a favor de la campana de Hitler
Este recuerdo en hierro masivo de los crímenes cometidos durante doce años de dictadura nazi, la época más siniestra de Alemania, hizo que Herxheim am Berg pasara a ser conocida internacionalmente. Ahora, luego de meses de discusiones, las autoridades tuvieron que decidir si la campana seguiría sonando en la iglesia, o si, como se propuso en uno de los peritajes, se donaría a un museo. En una votación secreta, el consejo municipal decidió, con diez votos a favor y tres en contra, que la campana sería conservada como "monumento contra la violencia y la injusticia", y que en el templo se colocaría una placa recordatoria sobre su origen histórico.
Según el alcalde del pueblo, Georg Welker, "eso es mejor que colocar la campana en un museo para que cualquiera pueda hacerse un selfie con ella". Además ve en ella la posibilidad de que se reflexione "cómo manejamos hoy nuestro tiempo y cómo lo manejaba la gente de entonces". Gero Kühner, miembro socialdemócrata del consejo municipal, anunció la realización de eventos con personalidades prominentes "para elaborar estas cosas, pero también para buscar soluciones sobre cómo mejorar la convivencia en el futuro".
Una campana dedicada a un genocida
Totalmente opuesta es la opinión de Sigrid Peters: "Tengo mucho temor del nazismo luego de esta decisión", dijo a DW. Piensa que la votación a favor de que se conserve la campana de Hitler en la iglesia está relacionada con el éxito del partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD). "Eso no es ninguna casualidad", añadió Peters, que es una de las pocas voces críticas que participaron del encuentro, y que subrayó que la situación política actual le causa profunda tristeza: "Que pase algo así, que se permita que siga sonando una campana dedicada a un genocida en una iglesia es inconcebible".
Sigrid Peters no solo teme que la iglesia se convierta ahora en un lugar de peregrinación para radicales de extrema derecha, sino también que la permanencia de la campana en un pueblo alemán tenga una repercusión negativa en la imagen de Alemania en el extranjero, una impresión que se llevó al leer sobre el tema en la prensa internacional. "Hablé también con la televisión canadiense, y estaban muy interesados en saber cómo maneja Alemania el hecho de que exista un objeto expuesto al público que lleva una esvástica y el nombre de Hitler", explica. Debido a que en todo el mundo se conoce el esfuerzo de Alemania para esclarecer y elaborar los crímenes del régimen nazi y sus logros al respecto, "justamente un hecho así, que la campana de Hitler siga sonando, indigna aún más a la comunidad internacional", dice Peters.
Deslices verbales del alcalde
Seguramente, la tranquilidad no volverá tan rápidamente a Herxheim am Berg, especialmente luego de que su alcalde, Georg Welker, dijera que "el tema de la campana ya está cocinado", y que las autoridades del lugar dejaran una muy mala impresión, provocando ellos mismos la polémica. El antecesor de Welker, por ejemplo, dijo estar "orgulloso de esta campana", y que tenía que sacarse el sombrero ante ella.
En un similar descarrilamiento retórico incurrió Welker poco después de haber asumido su cargo. Ante las cámaras de televisión, dijo "escuchar a las víctimas" al tañir la campana: "Eran ciudadanos alemanes, no solo judíos". El Consejo Central de los Judíos en Alemania no tardó en protestar, diciendo que "Welker insinuó que los judíos no eran ciudadanos alemanes". El alcalde declaró ante los tribunales que su formulación "podía dar lugar a malentendidos en forma aislada".
El legado nazi, una zona gris de la ley
Los sucesos en Herxheim am Berg demuestran cuán complicada puede ser la elaboración de la memoria histórica. Los debates en torno a objetos nazis resurgen de cuando en cuando en Alemania. Las fuerzas aliadas prohibieron todo tipo de símbolos nazis luego de la Segunda Guerra Mundial, y la Constitución alemana prohíbe todo tipo de propaganda de extrema derecha y vestimentas con la cruz gamada, además del saludo nazi. La iglesia de Herxheim am Berg es uno de los muchos lugares en Alemania en los que aún se pueden encontrar huellas del pasado nazi. También se lo halla en edificios públicos, nombres de calles y en instituciones militares. Existe una zona legal gris en cuanto a la conservación y difusión de esas huellas. Ciertamente, algunos objetos de esa época oscura también pueden contener información histórica valiosa, y su uso no está penalizado en todos los casos. Incluso en la Catedral de Colonia, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, todavía hay piedras con la cruz gamada.
Autor: Ralph Bosen (CP/ VT)
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