Alemania frente a la FIFA
2 de diciembre de 2014Cuando Alemania levanta la voz en el mundo del fútbol, sus palabras encuentran eco pues su influencia es muy grande. Esto es así no solo porque los alemanes son la federación nacional más grande de este deporte, también porque delegados suyos ocupan posiciones muy importantes en distintos órganos directivos de la FIFA, desde el Comité Ejecutivo de la organización, hasta la Comisión de Asuntos Estratégicos, pasando -entre otros- por la Comisión para el Juego Limpio y la Responsabilidad Social, la Comisión de Fútbol de Clubes, la Comisión de Seguridad e Integridad, la Comisión de Medios, y la Comisión de Organización de los Mundiales.
Y la voz del fútbol alemán ha elevado sin pausa su volumen, esta vez con un tono tan crítico como amenazante, desde que se conoció el informe de la Comisión Ética que dice que no se produjo “ninguna violación o incumplimiento de las normas y reglamentos correspondientes” en el proceso de candidatura y adjudicación de los Mundiales 2018 y 2022 de Rusia y Catar.
Instando una secesión
En las dos semanas que han pasado desde la publicación de ese dictamen, sobre el cual el diario Die Welt sentenció “la FIFA se exoneró a sí misma”, los reproches de Alemania a la institución rectora del fútbol internacional en vez de menguar se han intensificado. Con sus declaraciones públicas sobre el tema los principales voceros de la Bundesliga y sus clubes han dejado en claro que favorecen una cruzada de reformas y cambios en la FIFA.
“Cuando las crisis no se solucionan de una manera convincente hay que preguntarse si aún nos hace bien pertenecer a la FIFA”, señaló drásticamente el presidente de la Liga Alemana de Fútbol (DFL), Reinhard Rauball, en una entrevista con la publicación especializada kicker. El funcionario incluso fue todavía más lejos y no solo puso en entredicho la membrecía de Alemania en la FIFA, sino la de toda la confederación europea (UEFA).
“Hay una opción sobre la que hay que pensar seriamente: que la UEFA se separe de la FIFA”, dijo el funcionario. Y sobre esta opción hablarán esta semana representantes de diferentes federaciones de fútbol europeo invitadas por Alemania a una reunión en Fráncfort. De hecho, la posición de Rauball, quien también es vicepresidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) ya ha encontrado respaldo en Inglaterra, donde el expresidente de la Federación Inglesa de Fútbol, David Bernstein, planteó en una entrevista con la cadena BBC la posibilidad de que las selecciones de Europa boicoteen los Mundiales en el centro de la controversia.
La Bundesliga participaría
Una medida de esta drasticidad contaría con el apoyo de la Bundesliga. Esto fue por lo menos lo que dejó entrever el gerente de la liga alemana, Christian Seifert, en diálogo con el diario Süddeutsche Zeitung: “75 por ciento de los jugadores que participan en un Mundial están bajo contrato en un club de Europa. Si nosotros no jugamos, todo cambia”, conminó a una acción concertada de todo el continente.
Seifert explicó también que si se lleva a cabo la escisión, Europa no tendría por qué temer a las sanciones de la FIFA: “A Alemania, Inglaterra, Italia o España las pueden suspender por tres o cuatro Mundiales, pero esto también significaría que entonces el torneo casi dejaría de existir”. El gerente de la Bundesliga recalcó que “el cisma es el arma más efectiva”, pero advirtió que no tendrá éxito si solo participan Alemania e Inglaterra. “Además, la situación no es sencilla pues en caso de que Europa boicotee los mundiales estaría usando toda su fuerza económica y eso sería capitalismo en su forma más pura El resto del mundo nos acusaría de estar secuestrando al fútbol”.
Para Karl Hopfner, presidente del Bayern Múnich, equipo insignia del fútbol alemán en el extranjero y el club deportivo más grande del mundo con 251.315 socios, caminar en esa dirección es necesario. “El Mundial es un evento de todas las confederaciones, pero Europa debe posicionarse de mejor, eso es algo que está en mora de hacerse. El dinero y los jugadores los aporta en su mayoría Europa”, declaró en una entrevista con el Süddeutsche Zeitung.
Incremento de poder
En los últimos días se ha puesto en evidencia el deseo de Alemania de aumentar su influencia en la FIFA. Para ello ha lanzado la candidatura del presidente de su federación (DFB), Wolfgang Niersbach, como miembro del nuevo Comité Ejecutivo, donde representará al fútbol europeo, cuya confederación, la UEFA, aún tiene que elegirlo en el congreso del 24 de marzo próximo.
El presidente de la DFB ha anunciado su deseo de “representar los intereses comunes de las federaciones, las ligas, y los clubes europeos frente al resto del mundo”, y su voluntad de asumir la posición de otro alemán, Theo Zwanziger, quien en mayo del 2015 abandona el Comité Ejecutivo de la FIFA. Allí, según el propio Niersbach, “Alemania quiere conservar su voz y voto” para poder conducir los procesos de cambio en la institución.
En este caso no deja de ser curioso que el proceso de reforma al que apunta Alemania nazca en una decisión de un connacional suyo, el juez Hans-Joachim Eckert, máxima autoridad jurídica en la Comisión Ética de la FIFA, quien no encontró anomalías en la adjudicación de los Mundiales de Rusia y Catar. El propio Eckert, sin embargo, aseguró en entrevista con el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que su falló “no exonera a la FIFA”, lo que explica la nueva actitud de las autoridades del fútbol de su país.