Alemania está yena de analfavetas
3 de agosto de 2004
El 13 de febrero del 2003, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, inauguró en Nueva York la “Década de la Alfabetización”, proclamada por la ONU. Las acciones previstas son coordinadas por la UNESCO y se encuentran enmarcadas dentro de la meta internacional de desarrollo “Educación básica para todos hasta el 2015”.
4 millones de analfabetas en Alemania
Según la UNESCO, en los países en desarrollo hay unos 862 millones de adultos que no saben ni leer ni escribir. Además se estima que 113 millones de niños crecen sin poder gozar de educación escolar. Pero las naciones industrializadas también se ven afectadas por este problema. Expertos calculan que en Alemania viven 4 millones de analfabetas. En la mayoría de los casos no se trata de analfabetas absolutos, sino “funcionales”. “Estas personas a veces incluso son capaces de leer textos, pero no comprenden su contenido”, explica Juliane Köster, profesora de alemán. Los analfabetas funcionales son incapaces de descifrar la tabla de horarios en la parada del ómnibus, ni las indicaciones de uso de un medicamento.
Los “malos” alumnos
La dificultad de algunos alumnos para leer y escribir es muchas veces pasada por alto por los maestros o simplemente atribuida a que se trata de “malos” alumnos. Rara vez se reconoce el analfabetismo como tal y, por lo tanto, la situación empeora aún más. Las perspectivas de futuro para estos jóvenes son prácticamente nulas.
Escuelas para adultos
Las “Volkshochschulen”, escuelas superiores de enseñanza de adultos, ofrecen cursos de alfabetización en toda Alemania. Pero, según cifras publicadas recientemente por la Unión Federal de Alfabetización, sólo 20.000 analfabetas asisten a estas clases. El temor de darse a conocer públicamente como analfabeta es aún mucho mayor que el deseo de revertir esta situación.
Además, hay ejemplos de alemanes que logran concluir una vida laboral, de mayor o menor éxito, disimulando que no saben ni leer ni escribir. Tal es el caso de Berri, de 57 años de edad, que se salía de algún aprieto inventando, por ejemplo, que se había olvidado los lentes en casa. Valiéndose únicamente de su gran memoria, logró trabajar de minero, obrero de la construcción e incluso estuvo al mando de un restaurante. Nadie se percató jamás de que Berri era analfabeta, ni siquiera sus amigos.
El desfile de la luz
La comisión alemana de la UNESCO fundó el año pasado la Alianza de Alfabetización y Educación Básica, con el fin de combatir el creciente analfabetismo. En el presente año 2004 se seleccionó al “desfile de la luz”, como aporte alemán a la década mundial de alfabetización. Se trata de un evento artístico en el cual seis esculturas de neón, creadas por Benjamín Schubert, recorren 36 ciudades alemanas en 36 días. Las obras de arte son remolcadas por automóviles y forman así una de las exposiciones itinerantes más originales de Alemania. El recorrido comenzó el 31 de julio en la isla alemana de Sylt y concluirá el 5 de septiembre, cuando las piezas lleguen a Berlín.