Alemania-EE. UU. ¿Nueva era transatlántica con Joe Biden?
21 de enero de 2021De repente, el puente sobre el Atlántico parece volver a estar accesible, y la puerta hacia la cooperación multilateral vuelve a abrirse Las posibilidades no parecen del todo ilimitadas, desde el punto de vista estadounidense, según el coordinador transatlántico del gobierno alemán, Peter Beyer (CDU): "Los problemas no desaparecerán automáticamente. Pero hay muchas posibilidades de que seamos constructivos y respetuosos entre nosotros"
Thomas Kleine-Brockhoff, vicepresidente del German Marshall Fund de Estados Unidos (GMF), una fundación independiente para la promoción de la cooperación transatlántica, comparte también dicha opinión: "Un nacionalista ha sido reemplazado por un internacionalista". Esto no significa que podamos retroceder en el tiempo. "La brecha de credibilidad que ha surgido no se puede restaurar con un simple 'estamos de vuelta'", matiza.
Hay mucho que restaurar y reconstruir en las relaciones transatlánticas. Joe Biden ha anunciado que volverá a unirse al Acuerdo Climático de París y quiere que su país vuelva a unirse a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Incluso no retirará las tropas de Alemania, que Donald Trump anunció el año pasado. Para los europeos, las cuestiones comerciales son de vital importancia. Se debatirán de nuevo, porque hay mucho en juego: Estados Unidos y la Unión Europea juntos suman más del 30% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
"Los aranceles punitivos tienen que desaparecer"
Según Peter Beyer, "se aconseja a los europeos que elaboren un paquete de temas económicamente relevantes. Este también incluye la demanda a EE. UU. de que los aranceles punitivos deben desaparecer". Sobre todo, habla de los derechos de importación sobre el aluminio y el acero, que han golpeado duramente a Alemania y a Europa en los últimos años. Beyer añade que la timidez es el camino equivocado. Lo que se necesita es "un acuerdo de libre comercio transatlántico amplio que asegure nuestra relativa prosperidad en el futuro".
El experiodista Kleine-Brockhoff es más cauteloso, aunque también cree que un nuevo e importante acuerdo comercial sería una señal importante, pero la realidad política de EE. UU. no parece ser ideal para ello: "Joe Biden está bajo presión para no hacer precisamente eso, especialmente desde el ala izquierda de su partido y de los sindicatos ". Esperan de él una política económica no necesariamente favorable al libre comercio. "Y no se debería presionar al presidente si no puede hacer nada", argumenta.
Asunto conflictivo: Nord Stream 2
Pero también seguirán existiendo otros problemas, incluso con Joe Biden.Hay un tema que preocupa sobremanera en el Congreso de Estados Unidos: el gasoducto Nord Stream 2, que conectará Rusia con Alemania. El Congreso impuso recientemente nuevas sanciones sobre la construcción del oleoducto. En este caso, Peter Beyer incita a la proporcionalidad: "El debate es totalmente exagerado, estamos hablando de una segunda tubería en un gasoducto ya existente". Hay cuestiones transatlánticas mucho más urgentes, añade, "como el comercio, la seguridad, la digitalización y la salud, especialmente en tiempos de pandemia".
Kleine-Brockhoff, sin embargo, cree que Nord Stream 2 es "un gran error de juicio estratégico de Alemania". No solo daña las relaciones de Alemania con los estadounidenses, sino especialmente con los europeos del este, importantes aliados dentro de Europa, señala, y propone una iniciativa de seguridad energética de Europa del Este "con o después de Nord Stream 2".
Un mismo problema: China
Ambos países tienen un problema común: China. Hacer frente al ascenso del país asiático, pondrá a prueba las relaciones transatlánticas durante los próximos años. Para los estadounidenses está claro que debe producirse un desacoplamiento total de China. Pero mientras la UE ve a China como un "rival sistémico", la alianza, y especialmente Alemania, está lejos de reducir sus relaciones comerciales con China. Las exportaciones alemanas a China aumentaron otro 14 por ciento entre 2019 y 2020.
La búsqueda de puntos comunes, basados en que Estados Unidos necesita a Europa, y viceversa, inspira a muchas personas en Berlín durante estas semanas. Ambos expertos coinciden en que este esfuerzo no debe ser partidista, ni en Alemania ni en Estados Unidos.
(rmr/cp)