La palabrota del año
19 de enero de 2010A los alemanes se les tiende a atribuir un sentido del humor muy particular, cuando no la carencia absoluta de gracia. De lo primero hay más pruebas que de lo segundo y esa chispa se evidencia sobre todo en la manera con que juegan con su propio idioma y crean neologismos; a veces de manera inconsciente, por dárselas de chistosos, y otras sin rastro de inocencia, a la búsqueda de eufemismos persuasivos o dando rienda suelta al cinismo. Los periodistas y los políticos están entre los principales propagadores de barbarismos.
Curiosamente, a los puristas de la lengua alemana tampoco les falta el humor, pese a la imagen que se tiene de ellos. Como muestra, un botón: el sexteto de filólogos que desde 1991 presenta el ranking de las aberraciones lingüísticas más sobresalientes del año las bautizó "Unworte ", un término que no existe en el diccionario y que, traducible como "no-palabras", hace referencia a los vocablos inaceptables que los alemanes –sobre todo los que disfrutan de ubicuidad mediática– suelen tener a flor de labios.
Faltas idiomáticas y éticas
La no-palabra del año 2009 es "betriebsratsverseucht", un adjetivo despectivo compuesto por los vocablos "comité de empresa" e "infestado" y que sólo se puede traducir considerando el contexto en el que se le ha usado: éste describe a trabajadores que eligen entre sus colegas a sus representantes de cara a la compañía empleadora. "Con esta palabra se suelen designar los intereses de los trabajadores de una empresa", explica Horst Dieter Schlosser, portavoz del jurado que seleccionó los barbarismos de los últimos doce meses, sin ocultar el carácter perverso que los filólogos le arrogan al término.
"Tener que atender a los intereses de los trabajadores puede ser algo que 'moleste' a muchas empresas, pero tildarlos de 'peste' constituye el punto más bajo, por lo menos en términos lingüísticos, en lo que se refiere al trato de quienes dependen de un salario", sostiene Schlosser, agregando que este año le dieron el primer lugar a una palabra que apenas estaba empezando a circular –al contrario de "bancos en necesidad", la no-palabra de 2008, o "recompensa del fogón", la de 2007– para frenar a tiempo su propagación.
Luchacontralosrefugiados
Los filólogos en cuestión criticaron también el uso que la Canciller alemana, Angela Merkel, hizo de la palabra compuesta "Flüchtlingsbekämpfung" durante una ponencia enfocada sobre el tema de la migración, describiéndola como un dramático desliz idiomático por convertir a un grupo humano en un fenómeno contra el cual debe lucharse: literalmente, esta no-palabra se traduce como "lucha contra los refugiados". Ella ocupa el segundo lugar en el ranking "Unworte des Jahres 2009".
Los artífices de este proyecto, que alcanza un amplio eco en los medios informativos germanos, recibieron 2018 propuestas; de ellas surgieron 982 barbarismos diferentes que luego pasaron a ser valorados, no por el número de veces que fueron presentados como candidatos, sino por la "desproporcionada distancia que existe entre un término dado y el objeto que éste debe designar". Parecen tener preferencia las palabras que encubren o dramatizan un fenómeno y aquellas que menoscaban la dignidad humana.
Elegidas entre 2018 propuestas
Las palabras que estos especialistas de la lengua recibieron con más frecuencia fueron: "Wachstumsbeschleunigungsgesetz", "ley para la aceleración económica", todo en una palabra (183 veces); "Schweinegrippe", "gripe porcina" (79 veces); y "Schattenhaushalt", "presupuesto a la sombra" (69 veces), término con el que algunos periodistas aluden a una estrategia económico-política del Partido Democrático Liberal (FDP), miembro del Gobierno de coalición junto a la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que atenta contra la búsqueda de transparencia en el presupuesto estatal.
No todos los barbarismos incluidos en este ranking son palabras compuestas como la mencionada "Wachstumsbeschleunigungsgesetz", pero el idioma de Goethe permite –y aparentemente alienta– construcciones gramaticales basadas en una miríada de combinaciones de vocablos. "Algunas palabras alemanas son tan largas que uno sólo puede verlas completas si las contempla de lejos", decía el famoso escritor y humorista estadounidense Mark Twain (1835-1910) en su ensayo La espantosa lengua alemana, publicado en 1880 como apéndice de su libro Un vagabundo en el extranjero.
Alentando los neologismos
"Y esas palabras larguísimas no aparecen esporádicamente. Donde quiera que uno abra un periódico alemán puede uno verlas marchando majestuosamente sobre la página", añadía Twain y seguía: "Pero en algún lugar debe el diccionario poner un límite; de ahí que él deje por fuera ese tipo de palabras. Y con razón. Esas cosas largas difícilmente pueden ser consideradas como palabras legítimas, sino más bien como combinaciones de palabras cuyo creador debería haber sido ajusticiado", señalaba el hombre de letras en tono jocoso, insistiendo en que "si no he logrado comprobarle a usted que el alemán es un idioma difícil, por lo menos lo he intentado".
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López Magallón