Alemania: contrincante de Merkel propone giro a la izquierda
21 de febrero de 2017Todo el mundo está contento en Alemania por el renacimiento de la centro-izquierda. "El hecho de hacer al SPD feliz me hace feliz”, bromeó Martín Schulz, el candidato del partido socialdemócrata alemán (SPD) en las elecciones de septiembre, mientras comentaba la víspera el enorme impulsoque su candidatura ha dado a la formación en las encuestas de opinión.
El repentinamente popular Schulz, previamente presidente del Parlamento Europeo, presentó una agenda nueva y bastante más a la izquierda de la línea que llevaba hasta ahora el partido. Su propuesta podría potencialmente revertir algunas de las reformas del mercado de trabajo introducidas por el último canciller del SPD, Gerhard Schröder, con la entonces denominada "Agenda 2010".
En declaraciones al periódico "Bild", Schulz sugirió que está dispuesto a extender el pago del paro por desempleo en Alemania más allá de los 12 meses actuales y a introducir una nueva pensión "solidaria" que garantice un nivel de vida amplio para cualquiera que haya aportado al sistema durante 35 años. Aunque faltan detalles, se espera que la actual ministra del Trabajo del SPD, Andrea Nahles, presente una propuesta al respecto en las próximas semanas.
Schulz también prometió reducir el número de contratos de horario limitado, extender la participación de los trabajadores en los nombramientos de las empresas, así como incrementar la protección ante el despido para aquellos trabajadores que organicen elecciones de comités de empresas. El punto de las medidas es mostrar "el respeto por los logros de la vida de la gente en nuestro país", dijo a la agencia de noticias alemana dpa, durante un viaje a la ciudad occidental de Bielefeld.
Agenda 2010
Todo esto representaría una corrección significativa de la Agenda 2010, que Schröder anunció por primera vez en 2003, como jefe del entonces gobierno de coalición SPD-Los Verdes. Uno de los puntos centrales de aquella agenda era la racionalización del sistema de bienestar social, mientras se le facilitaba a las empresas despedir empleados.
Los partidos de oposición de aquel momento -principalmente la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y los liberales (FDP)- saludaron la Agenda 2010. La sucesora de Schröder, Angela Merkel, la elogió y habló de reformas "valientes y decididas" .
Pero dentro del propio SPD quedaron consternados, pues el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) llegó en 2007 a la conclusión de que, como resultado del plan, más de la mitad de los afectados por las reformas habían perdido ingresos y que la proporción de beneficiarios que vivían en la pobreza había aumentado de la mitad a dos tercios.
No obstante, muchos políticos sostienen que la Agenda 2010 provocó que Alemania creciera en los últimos años. De hecho, uno de los objetivos de Schröder -reducir el desempleo- se logró enfáticamente: pasó de 11,7 por ciento en 2005 (cuando se introdujeron las reformas) a 6,3 por ciento este último año. Pero varios estudios demostraron que una de las razones de esto fue la introducción de "mini-empleos" (puestos de trabajo por un pago máximo de 450 euros para aquellos que reciben un subsidio de desempleo), lo que ha significado que más y más trabajadores sean todavía dependientes del estado.
Crece la pobreza, crece la desigualdad
Sea culpable o no la Agenda 2010, no hay duda de que la desigualdad en Alemania está aumentando. Las cifras de un informe del gobierno publicado en diciembre mostraron que 4,17 millones de alemanes -6,1 por ciento de la población- están endeudados, mientras que los salarios en el sector más bajos no han seguido el ritmo de la media nacional.
El número de personas sin hogar en Alemania pasó de 223.000 en 2008 a 335.000 en 2014. Además, alrededor del 5,6% de la población está oficialmente clasificada como pobre y el número de millonarios en el país aumentó de 12.424 en 2009 a unos reciientes 16.495.
El partido opositor llamado "La Izquierda” (Die Linke), que hace tiempo ha pedido la reforma de la Agenda 2010, reaccionó al nuevo tono de Schulz con una mezcla de aprobación y escepticismo. La candidata de la formación poscomunista Sahra Wagenknecht dijo que la revocación de las reformas laborales era "tardía". A su vez, se preguntó por qué Schulz no quiso comprometerse con el programa antes de las elecciones, dado que el SPD, los Verdes y La Izquierda cuentan ahora mismo con mayoría en el parlamento.
"Martin Schulz no debe jugar con el deseo de grandes partes de la población de que las políticas sean más socialmente justas", advirtió Wagenknecht, y pidió a Schulz que descarte anticipadamente la posibilidad de formar coalición con la CDU de Merkel tras las próximas elecciones: "La experiencia de los últimos años contradice la idea de que se pueden seguir políticas sociales en otra Gran Coalición".
Por su parte, la líder de La Izquierda, Katja Kipping, sugirió que la nueva línea de Schulz "abrió una ventana potencial" para que una coalición de izquierda tome posesión después de las elecciones de septiembre, aunque advirtió a Schulz que no espere un "cheque en blanco" de su formación.