El astronauta alemán Thomas Reiter en la Deutsche Welle
22 de noviembre de 2009Afirma que con gusto viajaría de nuevo al espacio. A sus 51 años, Thomas Reiter no es demasiado viejo para tal expectativa; además, se encuentra en plena forma física. Sin embargo, con toda probabilidad no habrá una tercera travesía espacial para el astronauta alemán.
Actualmente, Reiter es miembro del Consejo de la Agencia Alemana para la Aviación y la Aeronáutica, DLR. Su tarea es totalmente terrenal. Con su extraordinaria experiencia y su carisma, es el hombre apropiado para promover la investigación espacial. Ésta se enfrenta a un dilema permanente. Es atractiva, pero demasiado costosa, de modo que debe justificar su existencia. ¿Qué utilidad tiene una inversión tan cuantiosa?
El inodoro espacial
Por supuesto, cada misión arroja resultados científicos concretos que nacen de experimentos en condiciones de ingravidez. A menudo, tales resultados son demasiado complejos para el entendimiento del ciudadano común, y poco espectaculares para los medios.
A este respecto, Reiter señala que “siempre me ha entristecido leer cuando se publica que el inodoro de la estación espacial se ha estropeado. ¿Qué importancia tiene? Simplemente es cuestión de repararlo y ya. Nadie se pregunta qué trabajo científico se ha realizado en esas fechas.”
Promueve las misiones tripuladas
Aún cuando no en todos los casos se logra un descubrimiento científico espectacular, la aeronáutica es para Reiter una disciplina imprescindible, que raya en lo imposible para el ser humano. Llevar a científicos al espacio y traerlos sanos de regreso implica un proceso complejo y costoso. Pero Thomas Reiter hace un llamado a favor de las misiones espaciales tripuladas.
“Las máquinas solamente pueden hacer aquello para lo cual fueron programadas”, dice. “En cambio, el ser humano es increíblemente adaptable y universal. Sobre todo, somos capaces de desarrollar la intuición, algo que para las máqunas sería difícil de imaginar.”
¿Serán los europeos “eternos invitados”?
En sus viajes espciales de 1995 y 2006, Thomas Reiter fue “invitado” al espacio, primero por los rusos y luego por Estados Unidos. Europa no tiene un sistema completo propio para lanzar misiones espaciales. En 2008 fue lanzada la nave europea ATV, especializada en suministro para la ISS. Pero el artefacto, como estaba previsto, se desintegró al ingresar de nuevo en la atmósfera terrestre.
Reiter considera que se podría adaptar el diseño de la ATV para enviar misiones espaciales tripuladas de origen europeo. “No tendríamos necesidad de comenzar desde cero. Sería un paso importante para Europa, a fin de estar en igualdad de condiciones con Estados Unidos y Rusia; y en el futuro, también con China y la India.”
¿Alemania a la Luna?
La ATV es fabricada en Bremen. Esto significa que Alemania está preparada para producir artefactos espaciales de alto desempeño. Se ha discutido durante mucho tiempo acerca de una misión espacial alemana hacia la Luna; podría ser con una sonda no tripulada que navegara en la órbita lunar; o bien, que alunizara suavemente.
Pero las posibilidades de que se realice tal vuelo sólo las conocen quienes manejan el presupuesto federal en Berlín. “Junto con la ventaja objetiva de los resultados científicos, dicha misión presentaría la ventaja adicional de ser un excelente sello para la industria alemana en su conjunto”, dice Reiter al respecto.
Pese a la crisis financiera y a las estrecheces presupuestales, la política espacial alemana necesita demostrar continuidad, agrega el astronauta. No obstante, tales planes deben tomar en cuenta la situación de la coyuntura económica alemana. Después de todo, admite Reiter, el financiamiento no caerá del espacio.
Autor. Michael Gessat (el)
Editor: José Ospina Valencia