Alemania: acalorado debate sobre la vacuna obligatoria
8 de diciembre de 2021Durante meses, políticos de casi todos los partidos prometieron que no habría vacunación obligatoria en Alemania. Pero una de las primeras medidas del nuevo Gobierno es imponer la obligación de vacunarse; por lo menos a quienes trabajan en determinados sectores. En vista de que hay aún 15 millones de personas no vacunadas, y más de 36.000 contagios diarios de coronavirus, era imperativo actuar.
Ya el martes, la nueva coalición de Gobierno presentó el proyecto de ley correspondiente ante el Parlamento federal, donde se sometió a debate. La oposición de ultraderecha (AfD) habló de "medidas de fuerza" y de un monumental incumplimiento de la palabra empeñada.
Hasta mediados de marzo, deberá vacunarse el personal de instituciones dedicadas al cuidado de personas especialmente vulnerables. La vacuna para trabajadores de hospitales y centros geriátricos ha de aprobarse rápidamente hasta este viernes 10 de diciembre.
Orígenes de la resistencia a las vacunas
Malte Thießen, experto en historia de la medicina, recuerda que la vacunación obligatoria para determinados grupos laborales no es algo nuevo en Alemania. "Ya en el siglo XIX hubo vacunación obligatoria para los médicos", dice a DW. También hoy existe una vacunación obligatoria para los soldados del Ejército alemán, contra prácticamente todas las enfermedades que se puedan prevenir por esta vía.
El debate sobre la vacunación siempre ha tenido un carácter político, afirma el historiador. Y siempre ha habido acalorados debates. El hecho de que los alemanes tengan una postura más crítica que otros, a nivel internacional, tiene relación con la historia de las inmunizaciones desde el siglo XIX, según Thießen. Muchos argumentos y estereotipos de aquel entonces están presentes hoy.
En 1874, se promulgó el "decreto imperial de vacunación", porque cada vez más personas en Europa contraían viruela. Tan solo en Prusia, murieron decenas de miles. La vacuna contra la viruela se hizo obligatoria. Y eso no estuvo exento de polémica.
Las primeras organizaciones antivacunas se fundaron ya en 1869, en Leipzig y Stuttgart, cinco años antes de la promulgación del citado decreto. La asociación formada para combatir la obligatoriedad de la vacuna llegó pronto a contar con 300.000 miembros.
Para ese movimiento, las vacunas eran "algo diabólico, algo artificial, químico, que se inyectaba al cuerpo", explica Malte Thießen. "Y esa también es una explicación de la masiva crítica a las vacunas que se mantiene hasta hoy en Alemania", agrega.
¿Vacuna general obligatoria?
La vacuna obligatoria para determinadas profesionales podría ser solo el comienzo. El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, aboga por hacerla extensiva a todos hasta marzo. Austria se propone aplicarla en febrero, bajo amenaza de multas de hasta 3.600 euros para quienes no cumplan la disposición.
Hasta ahora, solo existe una obligación general de vacunarse en Estados de Asia Central regidos autoritariamente, como Tayikistán y Turkmenistán. Pero China, por ejemplo, no la tiene aún.
No obstante, a Thießen le sorprende que el debate haya cobrado impulso con tanta rapidez en favor de esta medida en Alemania. Y estima que ello tal vez obedezca al hecho de que muchos alemanes aprueban entretanto la vacunación general obligatoria: en una encuesta reciente, el 71 por ciento se manifestó a favor.
Pero el historiador no recomienda la medida. Opina que es una intromisión en la esfera privada difícil de justificar. Por otra parte, señala que la vacunación obligatoria tendría la ventaja de "incrementar perceptiblemente la presión", a la vez que "el Estado estaría obligado, por su parte, a ofrecer suficientes vacunas". En cualquier caso, prefiere la vía de la persuasión.