Alemanes en el Congo
4 de julio de 2006
Los desorganizados y divididos rebeldes congoleños no mostraron gran interés en la táctica cubana que les ofreció el Che Guevara. Eso y la impenetrable selva acabó venciendo la revolución después de siete meses. El Che llegó al país centroafricano a principios de 1965, uniéndose a la lucha del líder rebelde Laurent Kabila. Fue Kabila quien derrocó al dictador Mobutu Sese Seko y restauró el nombre de República Democrática del Congo-Kinghasa.
Ahí ha llegado ahora el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, quien se reunirá con el presidente Joseph Kabila en la capital Kinshasa. Jung visitó el lunes a las tropas alemanas estacionadas en dicho país y prometió que su misión no excederá los cuatro meses previstos por la Unión Europea.
País en convulsión
Desde el fracaso del Che en el país africano, han transcurrido cuatro décadas de dictadura y guerra, que han dejado un saldo de más de tres millones de muertos. Laurent Kabila fue asesinado y su hijo, Joseph Kabila, fue nombrado presidente en 2001. Él y los líderes rebeldes se enfrentarán en las primeras elecciones libres el próximo 30 de julio. La lucha étnica ha sido exacerbada por la llegada masiva de refugiados de Ruanda. La estabilidad sigue siendo frágil en un país en donde abundan las armas ligeras y donde hasta niños soldado amenazan a la población civil.
Unos 2.000 soldados de la Unión Europea, entre ellos 120 alemanes, han sido enviados para garantizar la seguridad de observadores electorales. Jung, afirma que de ser necesario, el ejército alemán hará uso de las armas. Para su visita de tres días en el Congo y Gabún el ministro se vacunó contra la fiebre amarilla, hepatitis A y B, tifo y cólera. Para los soldados, las vacunas son nimiedades. Su misión en África es una de las más peligrosas, no sólo desde el punto de vista sanitario.
Refugio de combatientes
El peligro acecha en todas partes. La segunda selva más grande del mundo es escondite seguro de quien la conoce. El este del Congo es lugar de repliegue de rebeldes y combatientes provenientes de países vecinos. Temidos son los seguidores de Joseph Pony de Uganda, quien es buscado por crímenes de guerra. La exuberante vegetación también ofrece refugio a los rebeldes Hutu que participaron en el genocidio en Ruanda en 1994, cuya fuerza es estimada en unos 10.000 hombres. Es un territorio incontrolable al que no se aventuran ni soldados azules ni del ejército congolés.
La ONU y la Unión Europea se esfuerzan por devolver condiciones de estabilidad al convulsionado país africano. El programa de rehabilitación de la justicia, al que serán destinados más de 20 millones de euros, tiene como objetivo poner fin a la impunidad y contribuir al retorno de la paz y la reconciliación nacional, según palabras del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel.
La misión alemana en el Congo es controvertida, pese al visto bueno del parlamento. El país es territorialmente tres veces mayor que Alemania y rico en hidrocarburos y recursos minerales. Su subsuelo cuenta con oro, diamantes, manganeso, cobre y coltan, un metal que se utiliza para la producción de chips utilizados en teléfonos celulares, una riqueza que es extraída ilegalmente para financiar la lucha entre fuerzas rivales.