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Alea jacta est

13 de septiembre de 2002

El discurso del presidente estadounidense, George W. Bush, frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas es comentado críticamente por la prensa europea, que parece aceptar sin embargo, que la suerte está echada.

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El presidente de Estados Unidos, Georg Bush, frente a la Asamblea General de la ONU el 12 de septiembre del 2002.Imagen: AP

El periódico francés Figaro indica que "Estados Unidos ha tomado una decisión. Ahora serán puestos en marcha los mecanismos de la ONU, mientras que la cuenta regresiva de Washington sigue avanzando. Si las Naciones Unidas tienen éxito la diplomacia saldrá victoriosa. Si las Naciones Unidas se amedrentan Estados Unidos actuará. En muchas mentes la guerra contra Irak ya ha comenzado. Sólo si Irak suaviza su postura o si pasa un milagro se logrará evitar. "

Alemania tiene que decidirse

El diario conservador británico The Daily Telegraph indica que es tiempo de decidir a que bando pertenece uno en la guerra contra Irak y escribe que "este fue el discurso que todos esperaban. Después de un largo verano en el que George W. Bush mantuvo silencio en cuanto a sus intenciones sobre Irak, ya no no cabe duda de que en breve derrocará a Saddam Hussein con o sin el apoyo de las Naciones Unidas. Y ahora que se ha determinado cual será el segundo escenario en la guerra contra el terrorismo, el resto del mundo tendrá que decidir a quién apoya, desde los vecinos iraquíes hasta los aliados titubeantes como Alemania.

Hay que elegir entre Bush y Saddam

El periódico español 'El Mundo' dice que las posibilidades de evitar un ataque estadounidense contra Irak son cada día menores por no decir ínfimas. " Bush puso un gran énfasis en que la ONU tiene la obligación moral de aprobar una resolución que ampare la intervención militar de EE.UU., pero también dejó muy claro que su país "dará ese paso" con o sin el aval del Consejo de Seguridad. La maquinaria diplomática estadounidense ha empezado a presionar y países como Francia y Rusia se muestran ya dispuestos a apoyar un mandato bajo ciertas condiciones. En línea con los argumentos de Bush, Aznar afirmó ayer que hay que elegir entre el presidente estadounidense o el tirano de Bagdad. Pero las cosas no son tan simples. Hay evidentemente opciones intermedias y medidas diplomáticas y económicas que se pueden adoptar antes de llegar a una guerra de imprevisibles riesgos y consecuencias. La legalidad internacional exige en cualquier caso la aprobación de una resolución de la ONU, que debe ser justa, realista y motivada. Bush tiene razón en que Sadam es una amenaza para la paz mundial, pero hay otros líderes políticos que también lo son y otros países que incumplen las resoluciones de la ONU (Israel, sin ir más lejos) y no han sido atacados por ello. Sadam puede ser un monstruo, pero tiene derecho a ser medido con el rasero de la legalidad internacional que ni siquiera EE.UU. tiene derecho a saltarse. "

Es la hora de la ONU

El diario alemán "Stuttgarter Zeitung" de Berlín indica que " la experiencia demuestra que no se puede confiar en Saddam Hussein. El profundo escepticismo de Washington parece justificado. Y si todos los medios disponibles fracasan para evitar que un régimen, que todos catalogan de peligroso, desarrolle armas nucleares, la superpotencia se verá obligada a evitarlo aún sin el apoyo de las Naciones Unidas. Pero y eso es lo importante, sólo entonces y es aquí es donde se encuentra la oportunidad y la obligación de las Naciones Unidas. "