Ajedrez: ¿Y cuando Carlsen deje de ser campeón?
29 de noviembre de 2018Desde el punto de vista netamente deportivo, este Mundial fue una decepción. Magnus Carlsen y Fabiano Caruana se enfrentaron doce veces. Y las doce veces la partida terminó en tablas. Este resultado es tan propio del ajedrez como el rey y la reina. Y cuando dos contrincantes casi perfectos se enfrentan, la equiparación de puntajes resulta lógica.
Demasiado poco riesgo
Pero doce partidos terminados en tablas consecutivamente constituyen una dura prueba hasta para los más fieles admiradores de este juego. Fabiano Caruana demostró que juega al mismo nivel que el astro noruego, pero no lo supera, al menos por ahora. Y Carlsen, quien a menudo se vio agotado en Londres, sabe ahora que sus rivales –con Caruana como primus inter pares- pueden, entretanto, ponerse a su altura.
En Londres, Marcus Carlsen enfadó a sus admiradores con su juego, por momentos curiosamente pasivo, sobre todo con las piezas blancas. E incluso cuando estuvo en mejor posición, ofreció tablas, solo porque esperaba poder asegurarse el título, con menos riesgo, con el ajedrez rápido. Una decisión ultrapragmática, que inquietará a los funcionarios. Porque también este "deporte lento” solo se vuelve apasionante cuando, de vez en cuando, hay un ganador. Por eso, habría que repensar el sistema de los Mundiales de ajedrez. En lugar de solo 12 partidas, se podría jugar 26 o más. Entonces, los jugadores podrían correr mayores riesgos. Otra opción sería jugar más ajedrez rápido.
La oportunidad de internet
El hecho de que Magnus Carlson haya podido derrotar finalmente a su retador, Fabiano Caruana, de seguro alegra a los funcionarios del ajedrez, porque desde que el telegénico noruego triunfa, este tradicional deporte intelectual ha vuelto a concitar gran interés a nivel mundial. Actualmente experimenta un auge, sobre todo en la India y en Estados Unidos. Sin embargo, el Mundial de Londres puso en evidencia que la federación internacional FIDE no aprovecha esta oportunidad. Este deporte, que requiere de tantas explicaciones, podría transmitirse especialmente bien por internet. Pero en este Mundial, al igual que hace dos años, la FIDE tuvo dificultades para organizar una transmisión online de su producto más destacado. Reiterados problemas técnicos y una pugna permanente por los derechos de la transmisión en vivo de las jugadas: así no funciona un marketing profesional. Además, en Londres había demasiado poco espacio para los espectadores.
En términos generales, pese al brillo de Carlsen, el ajedrez no está en buen pie para convertirse en un nicho deportivo para cerebros inteligentes. Pero hay interés y eso lo demostró también este Mundial. El presidente de la federación internacional, el ruso Arkadi Dvorkóvich, tiene ahora mucho trabajo por delante. Se requerirá profesionalismo y transparencia para que el ajedrez siga siendo interesante el día que Magnus Carlsen ya no sea campeón mundial.
Autor: Holger Hank (ER/CP)
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