Adiós a las medidas: ¿estamos ante el fin de la pandemia?

Por más de dos años, la pandemia de coronavirus ha determinado la agenda política en todo el mundo. En algunos países, el fin de las restricciones parece estar a la vista. Sin embargo, hay marcadas diferencias entre regiones.  DW les ofrece un panorama de la actual relajación de medidas contra la propagación del coronavirus alrededor del globo.

Australia, Nueva Zelanda e Israel: ¡bienvenidos los turistas!

Durante mucho tiempo, Australia fue uno de los países con las más estrictas medidas contra la propagación del coronavirus. El Gobierno de Camberra cerró las fronteras por completo en marzo de 2020. Solo hubo excepciones para los nacionales y las personas con un permiso de residencia australiano.

Ahora, el país está reabriendo sus fronteras a los turistas. Desde este lunes (21.02.2022), cualquier persona que haya sido completamente vacunada contra el coronavirus puede ingresar a Australia. En teoría, esto vale para unas 1,2 millones de personas, aquellas que tienen visas australianas válidas en todo el mundo. Solo en este primer día, se esperaban más de 50 vuelos.

Nueva Zelanda también se está reabriendo gradualmente. Desde el comienzo de la pandemia, el país apostó por una estrategia de aislamiento y, en ocasiones, incluso por una estrategia de "cero COVID".

A partir de finales de febrero de 2022 se permitirá nuevamente el ingreso de nacionales. Luego, el de estudiantes y profesionales. Y, a partir de octubre, también el de turistas extranjeros. Seguirá siendo obligatorio cumplir con un período de aislamiento tras el ingreso al país, pero, ahora, este también se puede organizar en privado. Solo los no vacunados seguirán siendo alojados en hoteles de cuarentena.

Israel será el más complaciente con los huéspedes de todo el mundo. A partir del 1 de marzo, los turistas no vacunados también pueden ingresar nuevamente al país. Solo necesitan dos pruebas PCR: una, poco antes del vuelo, y otra, después de aterrizar en Israel.

Sudáfrica y Brasil: el "sur global" tiene sus propias soluciones

El cierre de fronteras también fue un tema político en Sudáfrica. Luego de que la variante ómicron se diera a conocer en el país, a fines de 2021, EE. UU. y muchos países europeos impusieron prohibiciones de entrada desde varios países africanos. Esto provocó una tormenta de indignación en Sudáfrica y algunos de sus vecinos: una vez más, África sería castigada.

La ola de ómicron se ha declarado ahora oficialmente terminada en Sudáfrica y las últimas restricciones quedarán eliminadas en los próximos días, con la excepción del requisito de cubrirse la boca y la nariz con mascarillas protectoras.

Sin embargo, la indignación pública también tuvo su lado bueno, ya que dio un nuevo impulso a las iniciativas locales. Investigadores e investigadoras sudafricanas con el mérito de haber detectado la variante ómicron están desarrollando ahora sus propias vacunas, incluidos preparados de ARNm. Y, dada la injusta distribución de vacunas en todo el mundo, los científicos sudáfricanos valoran compartir su tecnología con otros países del llamado "sur global", como Brasil, con alrededor de 600.000 muertes por COVID-19.

Brasil tiene una de las tasas de muerte por coronavirus más altas del mundo. Así que, tras los titubeos iniciales, el país ha lanzado una impresionante campaña de vacunación. Alrededor del 82 por ciento de la población ha sido vacunada ya dos veces. Y también están disponibles vacunas para niños mayores de cinco años y dosis de refuerzo. Esto los coloca significativamente por encima del promedio mundial. Y también por encima, por ejemplo, de Alemania, donde solo el 74 por ciento de la población está completamente vacunada.

Europa: atmósfera de optimismo en algunos países

Ni siquiera el contagio de la reina Isabel II ha impedido que el Gobierno británico siga relajando las restricciones contra la propagación del coronavirus. A partir de esta semana, las personas con COVID-19 ya no están obligadas a aislarse. Una recomendación sustituye a lo que había sido ley.

Hasta el momento, en el Reino Unido los contagiados tenían que aislarse hasta por diez días. Ahora, la población acepta con gratitud las señales de relajación que llegan desde Londres: los pubs y cafés están llenos nuevamente en todo el país, y la distancia de seguridad entre personas y las máscaras brillan por su ausencia.

Dinamarca está viviendo algo similar por estos días. Aunque más ciudadanos vuelven a dar positivo por coronavirus y el número de muertes también ha aumentado, el Gobierno de Copenhague está optando por la relajación. La primera ministra Mette Frederiksen habla del fin de todas las restricciones y la "transición a una nueva era", incluso sin el requisito de llevar mascarilla.

Esta medida, sin embargo, sigue vigente en el transporte público, supermercados y bancos, farmacias, oficinas de correos y hospitales en Austria. Pero, por lo demás, la república alpina está dando igualmente grandes pasos hacia la apertura.

El Gobierno de Viena ha decidido toda una serie de flexibilizaciones. A partir del 5 de marzo de 2022, se levantarán casi todas las medidas que restringen el contacto social. Todos pueden volver a visitar restaurantes, hoteles y gimnasios, sin necesidad de presentar pruebas de salud. Se levanta el toque de queda y todos los eventos pueden volver a realizarse sin restricciones.

Alemania y la advertencia de Hong Kong

También en Alemania, de acuerdo con un plan de tres etapas del Gobierno federal y los Gobiernos regionales, la gran mayoría de las restricciones impuestas por el coronavirus se levantarán antes del 20 de marzo.

Sin embargo, la protección básica, por ejemplo, con mascarillas obligatorias en interiores, y con pruebas de diagnóstico, debería seguir siendo posible. Aún se busca una nueva base legal a nivel nacional para facilitar esto. Y, mientras tanto, el ministro alemán de Salud, Karl Lauterbach, no se cansa de advertir contra una relajación excesiva.

La justificación para voces de advertencia como la suya se puede hallar, por estos días, en Hong Kong, en el sudeste asiático. El sistema de salud está muy tensionado. A principios de semana, las autoridades registraron más de 6.000 nuevas infecciones por coronavirus en 24 horas, un valor récord para la metrópoli, que había superado otros momentos de la pandemia con consecuencias comparativamente leves.

Para poder atender esta avalancha de nuevos pacientes, tres hoteles con un total de 20.000 camas se convirtieron apresuradamente en centros de aislamiento temporal. Además, se impusieron nuevamente severas restricciones a la vida pública. Se han cerrado restaurantes, peluquerías e instituciones religiosas. Y están prohibidas las reuniones de miembros de más de dos hogares.

(rml/ms)