Acuerdo de Paz de Colombia: la puja por el texto definitivo
25 de septiembre de 2019Fechas clave del proceso de paz
La construcción de la paz en Colombia sigue siendo un largo y complejo proceso que lleva siete años desde el inicio de los diálogos, el 4 de septiembre de 2012. Las negociaciones contaron con la veeduría de Noruega, Chile y Venezuela, y con Oslo y La Habana como anfitriones.
Las negociaciones entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC terminaron el 24 de agosto de 2016. El acuerdo fue celebrado en la ceremonia protocolaria de Cartagena de Indias, del 26 de septiembre, pero tuvo que ser reformado tras el resultado del plebiscito del 2 de octubre del mismo año.
Los puntos esenciales
Las negociaciones abarcaron, entre muchos otros temas, una reforma rural, la participación política, el cese del fuego y de hostilidades bilaterales, la solución al problema de las drogas ilícitas, el trato a las víctimas y los mecanismos de implementación y verificación.
El plebiscito
Resultados: Sí = 49,79% - No= 50,21%
El presidente de la época, Juan Manuel Santos, buscaba un respaldo popular para el Acuerdo de Paz que fue rechazado con la estrecha victoria del "no” en el plebiscito del 2 de octubre. Pero un fracaso en dicha consulta no significaba un "no" definitivo a la paz.
La decisión voluntaria de convocar a un plebiscito, la campaña y su resultado sembraron más división entre los colombianos, aunque la intención fuera otra. Un 63% de abstención y campañas publicitarias distorsionaron el verdadero objetivo del plebiscito. El mismo jefe de campaña del partido Centro Democrático reconoció públicamente haber utilizado la "ira” como forma de influir en el voto en contra del Acuerdo de Paz.
Tras la inesperada derrota en las urnas, Santos admitió "no haber tenido un plan B”, pero rápidamente convocó a todos los estamentos del país a presentar sus propuestas con el fin de "mejorar” el texto teniendo en cuenta las objeciones.
Cambios, ajustes y precisiones clave al Acuerdo de Paz
Tras el 2 de octubre, representantes del "No” se reunieron con sectores que apoyaron el "Sí”, incluyendo a las víctimas, indígenas y afrodescendientes, iglesias, empresarios y a muchos otros en Cuba, junto con las partes que habían negociado el acuerdo: el Gobierno y las FARC.
El gobierno consideró que, independientemente de lo decidido en las urnas, iba a continuar con el proceso y pidió un pacto nacional de las fuerzas políticas a favor del acuerdo. El 5 de octubre, en Bogotá, y varios ciudades del mundo, miles de jóvenes salieron a las calles a protestar por los ataques contra el proceso de paz.
El debate se extendió para rebatir la falsa idea de que el Acuerdo de Paz impondría una supuesta "ideología de género”, en contra de los roles tradicionales del hombre y la mujer. La realidad es que el Acuerdo de Paz hablaba y habla de la "equidad de género”.
Al final, el Acuerdo de Paz fue sometido a cambios, ajustes y precisiones que lo fortalecieron y dan garantías a todos, sin detrimento de las reformas y transformaciones que habían sido previamente acordadas y que son el propósito de este proceso y la base de una paz estable y duradera. Los principales puntos reformulados fueron:
1. Desarrollo Agrario Integral
2. Víctimas como beneficiarios prioritarios
3. Participación Política
4. Fin del conflicto
5. Institucionalidad para la reincorporación
Premio Nobel de Paz 2016
El 7 de octubre se anunció que Juan Manuel Santos era el ganador del Premio Nobel de la Paz 2016. En medio de la incertidumbre generada por la derrota del Acuerdo de Paz en las urnas, este premio se consideró un gran espaldarazo a quienes por esos días salían a las calles en Colombia a exigir la paz que manda la Constitución.
Firma del Acuerdo de Paz
La firma del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto se hizo, finalmente, en el Teatro Colón de Bogotá, el 24 de noviembre de 2016. A pesar de los innumerables tropiezos, hoy más del 90% de los excombatientes siguen en proceso de reintegración a la sociedad.
La paz sigue en peligro
Con motivo de las elecciones regionales, este 27 de octubre, las segundas después de la firma del Acuerdo de Paz, el politólogo colombiano Daniel Guillermo Valencia Nieto reseña en Razón Pública, que "políticos oportunistas están utilizando el discurso contra el proceso de paz como una estrategia electoral".
Ese tipo de discursos van subiendo de tono a medida que se acercan las elecciones. El mecanismo consiste en expresar rabia, rencor, sed de venganza y toda suerte de descalificaciones contra el Acuerdo de Paz y contra los exmilitantes de las FARC, dice Valencia.
Así, después de unas elecciones parlamentarias y presidenciales sin un solo muerto, regresa la violencia política. Según la Misión de Observación Electoral (MOE), desde el pasado 27 de julio, cuando se conocieron oficialmente los candidatos a las elecciones locales de octubre, un total de 54 aspirantes han sido víctimas de algún tipo de agresión. Además, 40 candidatos están amenazados, 2 han sido secuestrados, 5 han sido víctimas de algún tipo de atentado y 7 han sido asesinados.
(er)
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