Acuerdo de París: Patricia Espinosa, al timón
16 de octubre de 2016Patricia Espinosa tuvo el reto de poner de nuevo el cambio climático en la agenda mundial tras el fracaso de la COP15 en Copenhague. Seis años más tarde, la que fuera presidenta de la COP16 en Cancún (México) retoma el desafío que supone el cambio climático a la cabeza de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Desde el pasado mes de julio, es la nueva secretaria ejecutiva de esta organización, reemplazando a la costarricense Christiana Figueres que terminó su mandato con la aprobación del Acuerdo de París en la COP21 el pasado mes de diciembre.
Espinosa, quien cuenta con más de 25 años de experiencia en el servicio exterior de México, afronta su nueva responsabilidad con grandes retos. “El primero era la entrada en vigor del acuerdo que no era tan claro que pudiera ocurrir en un plazo tan corto”, consideró. El Acuerdo, que necesitaba el apoyo de 55 países que representen al menos el 55 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, entrará en vigor a partir del próximo 4 de noviembre, tras la ratificación de la Unión Europea la semana pasada. Mientras que el Protocolo de Kyoto tardó ocho años en activarse, la ratificación del Acuerdo de París que la misma Espinosa calificó de “récord”, se pondrá en marcha pocos días antes de la celebración de la COP22 en Marruecos, donde establecerá su implementación, otro de los retos que debe afrontar la mexicana. “Ahora con la entrada en vigor del Acuerdo todavía hay un mayor sentido de urgencia”, aseguró a Deutsche Welle.
La Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC explicó que la cumbre climática, que se llevará a cabo del 7 al 18 de noviembre en Marrakech, servirá para trazar una hoja de ruta sobre cómo poner en práctica el tratado internacional. “Se necesitan desarrollar reglas en cuestiones de financiamiento, transparencia, tecnología, de desarrollo de capacidades y planeamiento de adaptación. Necesitamos desarrollar los instrumentos técnicos necesarios para que el acuerdo se implemente completamente y las reglas de cómo van a funcionar estos mecanismos, de cómo van a poder hacerse estos procesos y de qué manera van a calificar los países que van a solicitar apoyo en estos ámbitos”, dijo.
La mexicana confió que América Latina pueda abastecerse de los recursos financieros y del apoyo técnico para afrontar el reto que supone el cambio climático y la implementación del Acuerdo de París. “Somos una región muy diversa, hay países que tienen grandes capacidades –como es el caso de México, que tiene una ley desde 2010–, pero hay Estados que deben comenzar con un desarrollo, lo que implica casi empezar desde cero”. Y es que según Espinosa, “el cambio climático está en el centro del desarrollo” que afecta directamente otras áreas, como la energía e infraestructuras.
En este sentido, recordó que el cambio climático ya está impactando la región. “En Centroamérica y América Latina ha habido una sequía terrible que ha provocado que en ciertos países de Centroamérica las personas hayan empezado a emigrar hacia a México. Se trata de una emigración derivada de una situación de sequía que está provocando hambruna en ciertas comunidades y que pone de manifiesto un vínculo entre el cambio climático y la migración”.
Financiación y transparencia, claves
En el marco de las negociaciones climáticas de Marrakech también se presentará una hoja de ruta de sobre los cien mil millones en financiamiento climático que se anunciaron en la pasada COP21 de París y que deben ayudar a los países en vías de industrialización a implementar el tratado internacional. “Todavía no llegamos a los cien mil millones, pero los recursos se están movilizando. Por otro lado, el sector privado y los inversores han empezado a tener en cuenta el cambio climático en sus actividades. La combinación de todo esto, junto con las políticas nacionales, permitirá la movilización de los recursos”, apuntó.
No obstante, recordó que para poder gozar de estos recursos, los países “deben ser transparentes en sus presupuestos y sus planes para despertar la confianza de las instituciones financieras, atraer a inversionistas y mostrar que crearon lo necesario, ambientalmente, para promover los planes de desarrollo”.
Aunque Espinosa reconoció que las contribuciones nacionales que se presentaron en París son insuficientes para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados, puntualizó que su puesta en marcha es indispensable para acelerar la acción climática, así como la implicación de todos los sectores, entre ellos la sociedad civil que debe seguir de cerca las acciones de sus respectivos Gobiernos. "El acuerdo en sí mismo tiene un efecto vinculante pero no define que es lo que hará cada país. Se trata de un tratado complejo que tiene que ver con todas las áreas de actividad de cada país y cada uno lo tiene que construir según su realidad nacional", aclaró. No obstante, explicó que se están desarrollando reglas de transparencia para informar y hacer seguimiento que "podrán proporcionar a la gente la seguridad de lo que se está haciendo en sus países respectivos".
“El Acuerdo de París pone las bases para una transformación hacia un mundo distinto del que hemos conocido”, manifestó. Por este motivo y teniendo en cuenta su “gran legitimidad”, “no es posible revertirlo de manera absoluta con una declaración”, aludiendo a la afirmación del candidato a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump de cancelar el Acuerdo de París en el caso de ser elegido en las próximas elecciones.