Abuso sexual de jesuitas a menores en Alemania
2 de febrero de 2010Aunque probablemente ya han prescrito los delitos motivo del escándalo en torno al abuso de menores en un colegio de jesuitas en Berlín, los detalles que van surgiendo al haber cada vez más víctimas de los sacerdotes en cuestión, harán necesaria una investigación.
Por lo pronto, ya son varios los puntos fuera de Berlín desde donde los entonces alumnos declaran haber sido objeto de abuso sexual. En Alemania: Hamburgo, Gotinga y Hildesheim –a donde habían sido trasladados los maestros después de que la dirección del colegio supo de sus actos-, también en algunas escuelas superiores de Chile y España. Hasta el momento, Chile reacciona diciendo que pedirá explicaciones; el obispado de Hildesheim confiesa haber recibido en su momento dos acusaciones y exhorta a otras posibles víctimas a alzar su voz. Y el Vaticano apoya oficialmente las disculpas presentadas por parte de los jesuitas en Berlín.
La salida fue el silencio
En 1981 la entonces dirección del Canisius Kolleg tuvo conocimiento de lo que ocurría, pero calló los hechos y trasladó a los sacerdotes. Ahora, del antiguo colegio jesuita Sankt Ansgar de la ciudad de Hamburgo se escuchan cada vez más voces acusadoras.
"Lo que no puedo entender es que en Berlín hayan sabido algo y hayan trasladado a la persona a otro colegio", subraya Friedrich Stolze, actual director de la institución hamburguesa. Por su parte, el portavoz del arzobispado de Hamburgo, Manfred Nielen, declara que tampoco comprende la razón del silencio de los jesuitas.
Al destaparse las acusaciones la semana pasada y reconocer el ex director del colegio de Berlín los hechos, la historia rueda cuesta abajo como una gran bola de nieve. "Pido perdón por la omisión de los responsables de la orden de entonces de examinar con atención lo que ocurría y tomar las medidas necesarias", declaró Stefan Dartmann, provincial de la orden durante una conferencia de prensa en la capital germana. Se dirigía especialmente a las víctimas, profesores y padres del Canisius Kolleg, a quienes agradece haber hecho públicos los hechos a pesar del dolor y la vergüenza que puedan sentir al revolver en el pasado.
Un mal que se exporta
Hasta ahora van 22 alumnos, incluidos una chica, fueron objeto de abusos sexuales por parte de dos sacerdotes que daban clase en el centro escolar berlinés en la década del 70 y del 80. Uno de ellos, Wolfgan S, que cuenta hoy con 65 años, confesó años atrás su culpa e informó a sus superiores y al Vaticano. Posteriormente fue destinado a otro colegio católico, el Sankt Ansgar de Hamburgo, en el que dos ex alumnos también denunciaron haber sido víctimas de abuso sexual.
Tras su estancia en Hamburgo de 1979 a 1982, el entonces profesor de educación física fue destinado al internado jesuita de Sankt Blasien, donde dio clases de 1982 a 1984. Wolfgang S. dejó luego la orden y se fue a vivir a Chile.
El otro sacerdote jesuita sobre el que penden estas acusaciones es Peter R, que a la sazón cuenta con 69 años. Después de que en 1982 se supiera de sus abusos sexuales hacia los menores, fue cambiado a Gotinga en donde entre 1982 y 2003 trabajó como consejero juvenil en las oficinas del Obispado de Hildesheim. En 1995 Peter R. abandonó la orden. “Mirándolo hoy nos damos cuenta que no tomamos suficientemente en serio las acusaciones y no calibramos el alcance que tendrían”, declara Josef Homeyer, entonces obispo de Hildesheim.
MB/dpa/afp/kna
Editor: Enrique López