En el Reino Unido no se habla de otra cosa. Cada vez más pruebas evidencian una estrecha relación entre los medios, la política y la policía en el escándalo de las escuchas ilegales. Este domingo cayó primero Rebekah Brooks. Amiga íntima del magnate Rupert Murdoch y ex directora del tabloide "news of the world", Brooks fue detenida por la policía. Está acusada de corrupción y de haber ordenado interceptar los teléfonos. Horas después, dimitía el jefe de Scotland Yard, también por su relación con el caso.