A veces menos es más
3 de abril de 20041946: El ingeniero Louis Réard le roba la idea de un traje de baño de dos piezas a un modisto francés y la inscribe en el registro de patentes con un simple dibujo que consiste de "cuatro pequeños triángulos con cordones" y lleva el nombre Bikini, un atolón en el Pacífico, donde los estadounidenses acaban hacer pruebas atómicas. Para conquistar el mundo de los grandes diseñadores, Réard planea la presentación del bikini en un ambiente especial: Un concurso de belleza para ninfas parisinas.
Aunque un bikini está compuesto de pocos centímetros de tela, su historia no se limita a pocas palabras. Vale la pena contar el origen de "la ropa más íntima que llevan las mujeres públicamente". La periodista alemana Beate Berger le dedicó todo un libro: "Bikini". En 271 páginas relata la historia bastante agitada del traje de dos piezas. Ninguna otra prenda ha entusiasmado y provocado tanto a los hombres como el bikini. En su libro la autora se mueve en un terreno limítrofe entre la política, la moral, la moda y la sexualidad.
Adorado y prohibido
La reacción al concurso organizado por Réard en una lujosa piscina el verano de 1946, es fenomenal. "Cientos de periodistas y fotógrafos" acudieron según cuenta la modelo Micheline Bernadini, quien presentó el osado bikini. "Bastante impresionado y confundido" regresa el redactor William Atwoord del "International Herald Tribune" del evento. Atwoord tuvo que competir antes con todos sus colegas de la redacción en París. Nadie quiso renunciar a esta cita tan especial.
Pero el éxito no dura mucho tiempo. Tras su estreno, se prohibe bañarse en bikini. En América, Europa e incluso en Río de Janeiro, se forma un movimiento en contra del bikini. Católicos, redactores y hombres intimidados no aceptan la filosofía francesa de "menos es más". Las reacciones van desde el rechazo hasta el espanto.
La gran salida
Pero nada logra detener al bikini. La actriz Ursula Andres es la primera de las Bond-girls que, en 1962 en una secuencia corta, enfrenta la moral y la mojigatería con un guiño en los ojos. Incluso James Bond (Sean Connery) se queda sin palabras cuando ve a Andres, alias Honey Ridern, salir del agua y sacudir su cabellera.
El bikini existe desde hace casi 60 años y no para de causar impacto: pone nervioso, evoca ansias y divide al mundo en dos partes. Adorado y maldito el bikini también nos acompañará en el tercer milenio.