A la salud de Francia: el vino francés y la política
6 de mayo de 2017Como muchos otros franceses, Nadine Couraud gusta de acompañar su almuerzo con una copita e vino. Para el pulpo asado, ella prefiere el vino blanco; naturalmente, de la región de Burdeos. Ahí, la industria vinícola es la principal generadora de empleos: los campos de cultivo se extienden por cerca de 120.000 hectáreas. También Nadine Couraud y su esposo administran un pequeño viñedo en Libourne, a unos 40 kilómetros de Burdeos. Pero en los últimos días, poco tiempo le ha quedado para el vino. Ella participa de lleno en la campaña electoral, a favor de Emmanuel Macron y su movimiento En Marche.
Macron es un excelente conocedor de vinos y por eso quiere apoyar a la industria, dice ella. Por ejemplo, este año las heladas estropearon algunas vides. Para muchos vinicultores, se trata de un problema existencial. La mayoría no están asegurados y en caso de que se pierda la cosecha no reciben indemnización. "Necesitamos un seguro contra heladas para tales casos, y eso es posible dentro de la Unión Europea, que asumiría parte de los costos. Por eso, Macron es para nosotros el candidato adecuado”, señala Nadine Couraud.
Una industria europea
En Burdeos y sus alrededores, el apoyo a Macron es notablemente alto. En la primera ronda de las elecciones presidenciales, 25,88% de los votantes sufragaron a su favor. También en la ciudad vinícola de Libourne, el candidato de 39 años obtuvo 24,7 % de los votos, seguido estrechamente por Marine Le Pen y Jean-Luc Melenchon, con 20 por ciento cada uno.
Europa, como mercado, es de extrema importancia para los vinicultores franceses. Cerca de 30 por ciento de los vinos franceses se destinan a la exportación, y más de la mitad de los envíos son a países europeos, sobre todo Alemania. Cifras del instituto "FranceAgriMer”, especializado en temas agrícolas, hablan de 7.900 millones de euros en exportaciones vinícolas francesas. Una Francia separada de Europa, tal y como se la imagina Marine Le Pen, sería un desastre para la industria exportadora de vinos franceses.
En cambio, Macron podría provocar que las exportaciones incluso crecieran, y renegociar algunos tratados comerciales. Su director de campaña en la región de Gironde, Tangy Bernard, quiere llevar este mensaje a los productores, muchos de los cuales se sienten como perdedores de la globalización, dice él. "Ellos piensan que no tienen oportunidad en el mercado internacional contra los productores vinícolas chinos o chilenos.” Se trata de llegar a la gente que no ha reconocido aún las ventajas de la globalización.
200 millones anuales
En los últimos días de la campaña ara el balotaje francés, el teléfono móvil de Tanguy Bernard suena casi sin cesar. Él organiza los últimos actos públicos de En Marche, antes de que el domingo se decida la elección. En un año, el movimiento de Macron logró afiliar a 260.000 personas.
Floriane Dulubac es una de ellas. Tiene un pequeño negocio en el centro de Burdeos, donde ofrece productos orgánicos. Parecería predestinada a votar por el izquierdista Jean-Luc Melenchon, quien dedicó buena parte de su campaña a prometer un cambio en la política ecológica de Francia. Pero para ella, este candidato era demasiado radical. En cambio, convenció a la mujer de 30 años el que Macron haya ofrecido promover una reducción en el uso de pesticidas en los viñedos. "Esto es importante, tanto para la salud de los consumidores como para el medio ambiente”, dice. Para los productores de vino franceses, "él quiere dedicar 200 millones de euros anuales para el cambio hacia la producción orgánica, conservando la competitividad”, afirma Nadine Couraud.
Un presidente enófilo
El equipo de campaña de Macron moviliza sus últimas fuerzas, a fin de convencer a tantos como sea posible de las propuestas de su candidato. Nadine Couraud se muestra confiada. "Hemos tenid presidentes que no entendían nada del vino, o incluso, que lo rechazaban. Pero con Macron tendríamos un gran conocedor del vino. Esto sería una gran ventaja”, afirma.
Si Macron gana este domingo, podrá abrir una botella y brindar dos veces: una por el nuevo presidente, y otra, por el futuro del famoso vino francés.