A debate el protagonismo de Cuba contra el ébola
24 de octubre de 2014La decisión de La Habana de apoyar la gestión internacional contra la epidemia de ébola ocurre en momentos en que, como ha reconocido Raúl Castro, Cuba atraviesa una crítica situación en materia de insalubridad generalizada, mal estado de las instalaciones de salud, el azote de enfermedades como el dengue y el chikunguya, y, especialmente, escasez de personal médico. El envío de médicos al África, y el anuncio de que podrían sumarse muchos más si fuera necesario, agudizaría aún más la falta de especialistas en la isla.
"Cuba es un peso ligero que boxea en la categoría de superpesados precisamente por su política exterior y su cooperación internacional. Es parte del AND político cubano", ha dicho el canadiense John Kirk, experto en misiones médicas de la Universidad Dalhouse, Canadá.
Sin embargo, médicos que han desertado a través del programa “Barrio Afuera”, fundado en Estados Unidos para ayudar a los internacionalistas cubanos a escapar de esas misiones, dicen sentirse víctimas de una maniobra del régimen para limpiar internacionalmente su imagen justo cuando instituciones internacionales como Human Right Watch, Reporteros Sin Fronteras, la Sociedad Interamericana de Prensa, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y el Centro para la Apertura y el Desarrollo de la América Latina (CADAL) hacen importantes denuncias sobre las violaciones de los Derechos Humanos y la represión contra el creciente movimiento opositor en la isla.
El eslabón más cuestionado
El Secretario de Estado John Kerry alabó el protagonismo de Cuba en la lucha contra el ébola. Raúl Castro, por su parte, se ha manifestado dispuesto a cooperar “codo a codo, con todos los países, incluyendo los Estados Unidos”.
Mientras los amigos de la Revolución Cubana han manifestado su beneplácito por lo que esa cooperación puede representar en la solución del histórico diferendo entre Cuba y Estados Unidos, exiliados cubanos, congresistas estadounidenses y una delegación de los más importantes opositores de la isla, de gira por Europa, insisten en que el mundo no debe dejarse engañar por este tipo de cortinas de humo.“Cualquier acuerdo con el régimen debe exigir primero cuatro eslabones básicos: la liberación de los presos políticos, el fin de la represión contra la oposición, la ratificación de los Pactos de Derechos Humanos y el reconocimiento de la sociedad civil como un interlocutor válido ante el gobierno”, dice desde Praga, el intelectual cubano Dagoberto Valdés, director de la revista opositora Convivencia.
Una controvertida realidad
El compromiso de cumplir misiones en países pobres del mundo se le enseña a los médicos cubanos desde la Universidad. Al llamado del gobierno para ir a combatir el ébola se presentaron 15 mil candidatos. 460 fueron seleccionados, de los cuales ya hay 165 en Sierra leona, 53 en Liberia y 38 en Guinea Conakry. Todos viajaron con el compromiso de ser atendidos en África hasta su recuperación o su muerte, en caso de contagio. Y a pesar del peligro y de los gastos que Cuba asume, como expresó el Ministro de Salud, Roberto Morales, se decidió “mantener las 32 brigadas médicas en África, con 4.048 colaboradores, de ellos, 2.269 médicos, incluido Sierra Leona con 23 y Guinea Conakry con 16 cooperantes, países donde existe transmisión”.
“Quizas no sea el mas humano de los sentimientos. Pero yo aseguraria que son carne de cañón”, dijo a DW desde Estados Unidos, el doctor M.L.Aguilera, médico cubano que desertó durante una misión internacionalista.
Una misión médica al extranjero significa una posibilidad única de recibir ingresos económicos que alivien la miseria en que sobrevive la mayoría de los trabajadores de la salud en la isla, problema reconocido incluso por Raúl Castro. El gobierno cubano recibe por cada médico enviado a misión internacionalista entre 2.000 y 4.000 dólares, cifra ochenta veces superior al salario medio nacional. De esa cifra, el gobierno se queda con un 70 por ciento, el médico recibe apenas un 10 por ciento, y otro 15 por ciento es depositado a su nombre en una cuenta bancaria en Cuba, que sólo podrá cobrar a su regreso.
Aún así, la masividad con la que los médicos se suman a estas misiones también puede deberse, según aseguran los cubanólogos, al espíritu de humanismo ante la desgracia ajena, que ha caracterizado a Cuba desde mucho antes del triunfo de la Revolución.
Como alertó Carissa Etienne, Directora de la OPS, al evaluar la situación latinoamericana, ni Cuba, ni América Latina cuentan con las condiciones sanitarias, de prevención y tecnológicas para hacer frente a una epidemia de ébola que podría costar millares de vidas: “El único laboratorio BSL-3 para el diagnóstico de muestras inactivas está en Bolivia. En la región solamente hay dos, laboratorios BSL-4 en Canadá y en el CDC, de Atlanta”, y agregó que “los centros de aislamiento en muchos de nuestros países no satisfacen las especificaciones y normas y tendremos que trabajar en esto. Necesitamos garantizar que haya suministros; en este momento hay un suministro limitado de los equipos de protección para el personal”.
Anunció que se impone, como estrategia, comenzar una plataforma de difusión nacional y regional sobre la enfermedad, controlar en las fronteras el flujo de movimientos entre África y América Latina, y abrir instalaciones de cuarentena para investigar a quienes vienen directamente de los países con mayor riesgo, como ya ha hecho Cuba en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí".
El doctor Leonardo Fernández, miembro del segundo grupo de 91 médicos cubanos que acaba de llegar a Liberia y Guinea Conakry, dejó clara cuál era la estrategia cubana contra el ébola: “Impedir que el virus entre a América Latina derrotándolo en África. Es un compromiso con África, es un compromiso con este Estado que nos ha formado bajo este concepto de altruismo, voluntariedad, humildad”.