Las primeras elecciones alemanas tras la II Guerra Mundial
12 de agosto de 2024En 1949, Alemania estaba en ruinas. El nacionalsocialismo y la guerra habían quedado atrás hacía solo cuatro años. Solo pocos meses después de la fundación de la República Federal de Alemania, sus ciudadanos fueron convocados a elegir un Parlamento, en comicios libres y democráticos, el 14 de agosto.
"No fue solo la primera elección del Bundestag, sino también la primera elección libre desde el otoño de 1932, en la turbulenta fase final de la República de Weimar”, dice a DW el historiador Benedikt Wintgens. Las tres potencias occidentales, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, permitieron los comicios. No así la Unión Soviética, que instaló en el este un sistema comunista sin elecciones libres.
Gran variedad de partidos
Los cerca de 31 millones de ciudadanos con derecho a voto tuvieron un amplio abanico de partidos para elegir. Mucho de ellos ya no existen. El historiador Wintgens hace notar que "en 1949, los partidos aún necesitaban una licencia de las fuerzas de ocupación”.
Entre las particularidades del sistema electoral, se estableció la cláusula del cinco por ciento, en virtud de la cual sólo los partidos que alcancen al menos ese porcentaje de votación tienen cabida en el Parlamento.
La ciudad de Bonn fue designada sede del gobierno, en un principio con carácter provisional. Pero esta solución provisora habría de mantenerse hasta la reunificación alemana, en 1990. En el año 2000, el Parlamento regresó a Berlín.
Votación crucial
¿Harían uso los alemanes occidentales de su derecho a voto, y legitimarían así al nuevo Estado federal alemán? Al parecer, los líderes de los partidos con más posibilidades, el socialdemócrata Kurt Schumacher y el cristianodemócrata Konrad Adenauer, tenían sus dudas. Ambos exhortaron con vehemencia al electorado a votar.
"Nadie puede quedarse en casa el 14 de agosto. Todos deben acudir a las urnas”, dijo Adenauer. Y Schumacher subrayó la importancia de los comicios: "La República Federal, en el occidente, ha de ser apta para constituir el fundamento de la unidad alemana, ha de brindar a los alemanes la posibilidad de convertirse, en pie de igualdad, en parte de un nuevo orden de Europa”.
Acalorada contienda electoral
La lucha electoral fue dura, con rudos ataques verbales entre los candidatos Schumacher y Adenauer.
En el país aún imperaba la miseria. Escaseaban las viviendas, los precios eran altos, al igual que el desempleo. En materia de política económica, la Unión Cristianodemócrata (CDU) defendía el concepto de la economía social de mercado, en que el mercado libre es apuntalado por un Estado que se ocupa del bienestar social. El Partido Socialdemócrata (SPD), en cambio, abogaba por la estatización de industrias clave y una mayor planificación estatal.
También la reunificación de Alemania fue un tema importante en la campaña electoral. Schumacher la demandaba con vehemencia. Para Adenauer, era más importante la integración occidental de la República Federal.
Bundestag atomizado
Un 78,5 por ciento de las personas con derecho a voto sufragaron. La alta participación electoral fue interpretada como muestra de un alto respaldo de la población al nuevo orden político.
Once partidos entraron en el Bundestag. La bancada más fuerte fue la de la CDU y su ala bávara, la CSU, con un 31 por ciento de los votos y 139 de un total de 402 escaños. El SPD obtuvo el 29,2 por ciento de los votos y 131 bancas en el Parlamento. Los liberales del FDP consiguieron 52. Y también estuvo presente el Partido Comunista, con 15 parlamentarios.
Soberanía limitada
El primer Bundestag se constituyó el 7 de septiembre de 1949. Tras arduas negociaciones, los cristianodemócratas formaron una coalición con los liberales y con el Partido Alemán. Konrad Adenauer fue elegido canciller federal con un voto de ventaja: el suyo propio.
El precio para sellar esa alianza fue que los cristianodemócratas votaran a favor del liberal Theodor Heuss como presidente federal.
El nuevo Estado había dado así pasos decisivos. Pero el primer acto oficial de Adenauer al entrar en funciones evidencia lo limitado que era todavía su margen de acción: visitó a los altos comisarios, representantes de las potencias vencedoras occidentales, que supervisaban al nuevo Gobierno. Importantes áreas, como la política exterior y la economía, seguían bajo su tutela.
Lecciones democráticas
No obstante, la primera prueba había sido superada. ¿Qué lecciones se pueden extraer para el presente? El historiador Benedikt Wintgens hace referencia a los temores actuales ante el extremismo político y un sistema de partidos en proceso de cambio: "Si se mira lo ocurrido en 1949, uno ve cómo también entonces todo tenía que reordenarse, y se reordenó. Y a través de propuestas políticas, a través del liderazgo político, a través del proceso político, se inició un camino que permitió a este país confuso, muy lastrado por el nacionalsocialismo y la Guerra Fría, convertirse en una democracia estable. Quizás la lección sea que las cosas pueden solucionarse mediante la acción política y la participación".
(ers/ms)