En el barranco de Babi Yar, en Ucrania, el 29 de noviembre de 1941 miles niños, mujeres y hombres judíos murieron a manos de comandos especiales de las SS. Raissa Majstrenko, una sobreviviente de la masacre, intenta conservar vivo el recuerdo de uno de los crímenes más atroces cometidos por los nazis.