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PolíticaVenezuela

25 años perdidos: Venezuela sacrificó una generación

26 de febrero de 2024

A lo largo de dos décadas y media, el régimen ha erosionado de manera profunda las condiciones que le habrían permitido a las nuevas generaciones desplegar plenamente todas sus capacidades.

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Migrantes venezolanos.
Migrantes venezolanos.Imagen: Agustin Mercado/AFP/Getty Images

Luego de un cuarto de siglo en el poder, la Revolución Bolivariana tiene muy pocos logros que exhibir. Una revisión de los reportajes de los medios nacionales e internacionales sobre esa fecha evidencian una opinión mayoritariamente negativa sobre ese legado, opinión que queda reflejada en varios de los títulos de esos trabajos: "Represión, pobreza, corrupción y exilio”; "Veinticinco años de chavismo, o miles de millones de dólares robados”; "El proyecto hegemónico de crisis infinitas”; "La utopía que abrió las puertas del infierno”; "Jóvenes solo conocen la dictadura”; "25 años hundido en el desastre económico del chavismo”; "La creación de un Estado de Destrucción”; "Un cuarto de siglo de retrocesos e imposiciones bajo el poder chavista”.

Esta evaluación negativa ya se había reflejado en varias encuestas venezolanas. De acuerdo con la encuestadora Delphos, a mediados del año pasado, el 85,2% de los encuestados consideraba necesario un cambio de gobierno. Ello explica por qué Nicolás Maduro ha conmemorado estos 25 años con un aumento de la represión política y una negativa a realizar elecciones justas y transparentes.

Entre los males que recogen los reportajes, destaca el grave impacto negativo en el desarrollo de la generación que ha crecido bajo la Revolución Bolivariana. A lo largo de dos décadas y media, el régimen ha erosionado de manera profunda las condiciones que le habrían permitido a las nuevas generaciones desplegar plenamente todas sus capacidades.

Destrucción del tejido productivo

A pesar de que el régimen ha pretendido escudarse en las sanciones internacionales para explicar la profunda crisis económica en la cual se encuentra sumida Venezuela desde hace más de una década, múltiples investigaciones han evidenciado que esta crisis está vinculada a la destrucción del tejido productivo nacional, resultado de la contracción del sector privado, la mala gestión de las empresas estatales y la corrupción gubernamental. Según la ONG Transparencia Venezuela, en los últimos 25 años se han malversado más de 70 mil millones de dólares, cifra que solo representa el 58% de los 431 casos de corrupción registrados en su base de datos.

La debacle de la industria petrolera venezolana es el ejemplo más palpable de la ruina del sector estatal. Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), otrora la principal fuente de riqueza y prosperidad del país, sucumbió a la pésima gestión y la corrupción. En 1998, Venezuela producía 3,3 millones de b/d. Veinticinco años después, la producción se ha desplomado a solo 796.000 b/d, según la OPEP.

Ramón Cardozo.
Ramón Cardozo.Imagen: Privat

Más allá del sector petrolero, la desidia y la corrupción también permearon empresas estatales de sectores como petroquímica, electricidad, agua, ferrominera, agroindustria y telecomunicaciones. El estudio "Empresas Propiedad del Estado" (2018) de Transparencia Venezuela reveló que la mayoría de las 526 empresas estatales no generaban ningún tipo de beneficios o servicios al país. Esta realidad ha sido un factor determinante en el colapso de los servicios públicos en Venezuela.

Por otra parte, la aplicación del modelo económico del Socialismo del Siglo XXI, caracterizado por la expropiación de empresas, la intervención estatal en la economía y el control de precios, sumado al colapso de las capacidades estatales para suministrar bienes y servicios públicos esenciales, llevaron a que entre 1998 y 2019, desaparecieran más del 60% de las empresas privadas en Venezuela.

Destrucción de la complejidad económica 

La contracción del sector privado junto con el desmoronamiento de las empresas estatales no solo redujo el tamaño de la economía venezolana a un tercio del tamaño que tenía en 1999, sino que además estranguló la diversificación económica del país y la hizo más dependiente del petróleo. Entre 1998 y 2021, las exportaciones no petroleras se precipitaron desde 7,1 mil millones de dólares a un magro 3,0 mil millones. Ricardo Hausmann, fundador y director del Laboratorio de crecimiento de la universidad de Harvard, destaca que "este colapso en la complejidad de Venezuela es solo comparable con la que han sufrido países como Timor Oriental, Eritrea, Chad y Yibuti”.

Planta de PDVSA.
Planta de PDVSA.Imagen: Yuri Cortez/AFP

Pérdida masiva de capital humano

Durante los últimos 25 años de gobierno de la Revolución Bolivariana se ha producido la migración forzada de más de 7,7 millones de venezolanos, según datos recopilados por la Plataforma R4V hasta noviembre de 2023. Estas cifras representan una posible reducción poblacional en Venezuela alrededor del 25% en el último cuarto de siglo, es decir, una cuarta parte de la población total del país.

La pérdida masiva de capital humano producto de esta descomunal migración ha tenido graves consecuencias que afectarán durante varias generaciones a Venezuela. El envejecimiento poblacional ha reducido drásticamente el dinamismo social y la fuerza laboral del país. La fuga de talento ha impactado negativamente en la productividad y el desarrollo económico del país, y la desgarradora ruptura de familias ha fragmentado la cohesión social.

Educación, salud y alimentos

Por otra parte, la falta de inversión, la pésima gestión, la carencia de mantenimiento y la pérdida de recursos humanos han llevado al colapso del sistema educativo, del sistema de salud y del sistema de seguridad alimentaria del país, afectando de manera crítica las posibilidades de que las nuevas generaciones desarrollaran al máximo posible todas sus potencialidades.

Según el estudio "Sistema educativo", de Calatrava y López (2023), en Venezuela casi un tercio de los once millones de niños y jóvenes en edad escolar (0 a 18 años) se encuentran excluidos del sistema educativo. A este grupo se suman más de 1,5 millones de jóvenes que no se inscribieron en el año escolar 2022-2023. Los investigadores también señalan que Venezuela en los últimos años ha perdido una cuarta parte de sus educadores formados, debido a la migración o al abandono de la carrera. Por otra parte, los datos Secel (Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea) (UCAB) revelan que, para 2022, el promedio de estudiantes de Educación Media a nivel nacional llegó a 8,11/20 puntos en habilidad numérica y 8,62/20 en habilidad verbal, lo cual evidencia la baja calidad del sistema educativo.

La situación del sistema sanitario en el país es igualmente calamitosa. Estos servicios se encuentran en un estado de inoperatividad, parcial o completa, debido a un prolongado periodo de desfinanciamiento, desestructuración y debilitamiento, según señala el informe de la plataforma HumVenezuela (sep. 2023). Este colapso estructural ha quedado reflejado en los índices de salud de los venezolanos. Entre 1998 y 2022, la esperanza de vida disminuyó de 73 a 68,3 años. En el mismo periodo, la razón de mortalidad materna aumentó poco más de cinco veces. Además, durante la última década, la mortalidad infantil en menores de cinco años ha experimentado un aumento de más del 40 por ciento.

La huella del hambre en los más pobres 

Este cuadro se completa con el "quiebre” del sistema alimentario nacional. La experta Susana Raffalli señala que el principal indicador de salud del sistema, el PIB agrícola, ha disminuido en los últimos 25 años más del 75%. Por otra parte, los reportes de HumVenezuela señalan que, en 2023, la desnutrición en menores de 5 años afectó a 1,4 millones de niños, con algún grado de déficit nutricional o riesgo de tenerlo. De ellos, se estima que un 9,5% padece desnutrición aguda y un 35,4% desnutrición crónica, por retardo de crecimiento en talla para la edad.

Frente a esta realidad, Raffalli expresa un sombrío pronostico: "Para tantos niños que pasaron hambre por esta destrucción del país, el daño está hecho… Las posibilidades del país, en 20 años, serán del mismo tamaño de la primera niña desnutrida por la revolución bolivariana".

(ers)