2006: elecciones y mucho más
24 de diciembre de 2006Para América Latina, 2006 fue el año en que se consolidó la presencia de la llamada "nueva izquierda". A finales de 2005, esta corriente había cobrado ya nueva forma con la llegada al poder de Evo Morales en Bolivia.
Ya sea en Ecuador, Venezuela o Nicaragua, el maratón electoral de los pasados doce meses arrojó victorias para candidatos que de una u otra manera coinciden en algo: su oposición a la hegemonía estadounidense en la región y su foco de atención en las clases más pobres.
En otros países, como México, las propuestas a favor de amplias capas sociales desfavorecidas también rindieron frutos, y el movimiento centroizquierdista estuvo a punto de alzarse con el triunfo.
Rostros distintos
Pero 2006 también fue el año en que la "nueva izquierda" comenzó a cobrar rostros distintos. A principios de año, la candidata Michelle Bachelet se convirtió en presidenta de Chile y de inmediato fue adoptada por muchos analistas como la figura representativa de la "izquierda moderna" o "moderada", en contraste con el radicalismo discursivo del presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
En Perú triunfó otro moderado: el ex presidente Alan García, que en los años ochenta declaró una moratoria a la deuda externa de su país y ahora propone una mayor apertura de la economía como vía de solución a los problemas sociales.
En Ecuador ganó la presidencia Rafael Correa, en cerrada competencia con el magnate bananero Álvaro Noboa. Aunque su discurso es inflamado, al grado de que algunos lo veían como seguro discípulo de Hugo Chávez, Correa dejó en claro que, por lo menos en la palabra, no es tan radical ni tan sumiso.
La victoria del ex comandante sandinista Daniel Ortega en Nicaragua también vino acompañada de predicciones sobre el eje izquierdista latinoamericano. Pero, aunque pocos lo recuerdan, Ortega ya se había convertido desde mediados de los ochenta en un moderado que durante visitas oficiales a Nueva York hacía "jogging" en Central Park, enfundado en una camiseta de la marca alemana Adidas.
En diciembre, Hugo Chávez se alzó con una predecible -y no por ello menos contundente- victoria sobre su opositor, Manuel Rosales. El mandatario venezolano es, con mucho, quien con mayor virulencia establece su liderazgo regional. Él se ve a sí mismo como prócer del "nuevo socialismo del siglo XXI", mientras que intelectuales como el mexicano Carlos Fuentes lo califican de "criptofascista".
En México, el candidato centroizquierdista Andrés López Obrador perdió las elecciones en un resultado muy cerrado que derivó en una crisis institucional. Hasta la fecha, él alega que fue víctima de un fraude y el pasado 20 de noviembre se hizo proclamar "presidente legítimo de México" por sus simpatizantes. Como quiera que sea, su candidatura dio una presencia innegable a la opción de izquierda, que ganó espacios sin precedente en el Congreso mexicano.
Excepciones
Entre tumultos y protestas, el conservador Felipe Calderón tomó posesión de la presidencia mexicana el pasado 1 de diciembre. Gobierna desde entonces un país profundamente dividido, con una vida institucional agotada luego de intensos años preelectorales en los que la lucha no siempre fue la más limpia.
Otro conservador, Álvaro Uribe, logró reelegirse en Colombia aunque es visto por muchos como un instrumento de Estados Unidos en la llamada "guerra contra las drogas". Otros sectores, en cambio, lo ven como el artífice de lo que podría ser una vida social más estable para el atribulado país sudamericano.
Capítulo aparte
Un aspecto que no ha sido suficientemente valorado en los análisis es el regreso de tres ex presidentes como mandatarios de sus respectivos países. En Costa Rica, el premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, funge de nuevo como presidente con la clara intención de proyectar a su país como actor importante del escenario internacional.
Luego de un largo exilio en Colombia, el mencionado Alan García sacó provecho del gran desprestigio con el que la población peruana castigó a su antecesor, Alejandro Toledo. García llega con un tono moderado, tratando de ubicarse en una posición intermedia entre Washington y el bloque que lidera el venezolano Hugo Chávez.
Mucho se habló si el presidente venezolano se presentaría como único candidato a las elecciones presidenciales en Venezuela. Finalmente, Chávez se enfrentó a Manuel Rosales, a quien derrotó por amplio margen. El resultado no fue una sorpresa. La gran pregunta, en torno al controvertido mandatario, es hasta cuándo se mantendrá en el poder.
En todo caso, la reelección presidencial dejó de ser tabú en muchos países latinoamericanos. Estos tres ejemplos, junto con el también reelecto Lula Da Silva, de Brasil, lo demostraron con creces durante el año 2006.