1914: una cesura para Bélgica
4 de agosto de 2014Deutsche Welle: Señor Ruland, el 4 de agosto de 1914 Alemania invadió Bélgica, pese a que este era un país neutral. ¿Qué tan grande fue el impacto para los belgas en aquel momento? ¿O la guerra no los tomó por sorpresa?
Herbert Ruland: La guerra no llegó de manera tan inesperada. Después del atentado en Sarajevo, el 28 de junio, cuando un nacionalista serbio asesinó al heredero del trono de Austria, en Europa central se pensaba que solo se trataba de una crisis de los Balcanes. Sin embargo, con el ultimátum austriaco a Serbia, la declaración de guerra a Serbia y la entrada en vigor del sistema de alianza europeo quedó claro que la guerra no se iba a limitar a un conflicto balcánico.
Antes de que Alemania movilizara a su Ejército, Bélgica y los Países Bajos ya habían declarado la movilización el 31 de julio. El dos de agosto Alemania le dio un ultimátum al gobierno belga, para que la dejaran marchar a través de Bélgica. Puesto que el ultimátum fue rechazado, a partir del dos de agosto, era evidente para los belgas que iba a haber guerra. En la región fronteriza, los fuertes alrededor de la ciudad de Lieja fueron preparados para la batalla. Se talaron árboles y derribaron casas para construir barricadas y murallas. A partir del dos de agosto los trenes ya no atravesaron la frontera. Los alimentos empezaron a escasear. La gente sabía qué iba a pasar.
En Alemania este capítulo es poco conocido, se ha publicado poco acerca de la brutalidad con que las tropas imperiales trataron a la población civil belga. Hubo masacres, crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad como diríamos hoy. Los cuatro años de ocupación que siguieron fueron duros y trajeron miseria. ¿De qué manera cambiaron estos sucesos la forma en que los belgas veían a los alemanes?
Antes de 1914, de hecho se desconocían las fronteras en esta región. La gente iba allí donde encontraba trabajo. El inicio de la guerra fue una cesura. En la primera semana, los soldados alemanes asesinaron a 950 civiles en Aquisgrán y Lieja. Cientos de casas fueron quemadas. Esto aún pesa sobre las relaciones germano-belgas, sobre todo en el sur francófono de Bélgica. Muchos belgas, que vivieron ambas guerras mundiales, aún dicen que la Primera Guerra Mundial fue peor que la Segunda. Y tienen razón, porque en la Primera los combates tuvieron lugar en su país.
Bélgica nunca fue ocupada completamente. Durante cuatro años, el Occidente de Flandes fue un campo de batalla. El ejército belga, los ingleses y muchos otros aliados pelearon allí contra los alemanes. ¿Qué tan importante fue esta resistencia para el Estado y la nación belga?
Fue inmensamente importante. Bélgica solo controlaba un territorio de 800 kilómetros cuadrados, era el último extremo del Occidente de Flandes. Reiteradas veces los franceses le pidieron al rey belga que se retirara de esa zona para luchar en el norte de Francia. Sin embargo, el rey lo rechazó conscientemente, porque sabía que si abandonaba su país probablemente nunca iba a poder regresar. Para Bélgica la batalla del Yser, un río en el Occidente de Flandes, probablemente significó la supervivencia de la nación. Los belgas lucharon sobre todo en las trincheras. Por ello, no tuvieron tantas pérdidas como si hubieran participado en la ofensiva.
Volvamos a la región fronteriza entre Alemania y Bélgica. Antes de la guerra, las regiones de Eupen y Malmedy, por ejemplo, pertenecían a Alemania. En 1920 fueron anexionadas a Bélgica. Los habitantes primero eran alemanes y después belgas. ¿Cómo vivieron este cambio?
El año de 1914 realmente fue una cesura. La mayoría de las personas en Eupen y Malmedy sintieron que habían sido traicionadas y vendidas. Sin que se les preguntara, los alemanes fueron convertidos en belgas. En 1933, después de que los nazis se hicieran con el poder en Alemania, se creó un Frente Patriótico parecido al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP, por sus siglas en alemán). La población se dividió entre pro-alemanes y pro-belgas. La mayoría de los habitantes de Eupen y Malmedy apoyaron la invasión alemana en 1940, la segunda invasión.
Después de la Segunda Guerra Mundial, este territorio volvió a ser belga y ambas naciones se reconciliaron. ¿No es esto casi un milagro después de todo lo que ha pasado?
Realmente es un milagro. Después de la guerra, la población de Eupen y Malmedy atravesó tiempos difíciles. Uno de cada 60 belgas fue llevado a juicio por colaboración. En las regiones belgas de habla germana, en cambio, fue uno de cada tres o cuatro habitantes. Sin embargo, las relaciones germano-belgas se estabilizaron relativamente rápido.