Premio del Futuro para el lupino
El Premio del Futuro se otorga a ideas innovadoras e inventos que ya hayan entrado en el mercado o estén a punto de hacerlo. Se ha entregado ya en 18 oportunidades y muchos de los productos distinguidos con él han tenido éxito a nivel mundial. Entre los galardonados se cuenta, por ejemplo, Stefan Hell, el inventor del microscopio de fluorescencia de superresolución, que lo recibió en 2006 y que este año ganó nada menos que el Premio Nobel de Química.
Otro ejemplo: Peter Grünberg, Premio Nobel de Física 2007, había sido galardonado en 1998 con el Premio del Futuro. Grünberg desarrolló cabezales para la lectura de la información de los discos duros. Un producto que revolucionó la tecnología computacional.
Grano multiusos
Ahora, el Premio del Futuro fue entregado a un equipo de investigadores del Instituto Fraunhofer, que desarrolló un proceso para obtener proteínas del grano de lupino. El producto es un polvo sin olor y de sabor neutral, que puede ser utilizado para la producción de diversos alimentos.
El aceite y las fibras que quedan como residuos del proceso también pueden utilizarse en la industria alimentaria. El primero se puede refinar y emplear para cocinar, y las fibras pueden mezclarse, por ejemplo, con harina para hacer pan u otras masas.
No solo para veganos
Peter Eisner, uno de los premiados, explicó que llevan trabajando en este proceso desde 1998, y que hace seis años casi se habían dado por vencidos. Pero, junto con Stephanie Mittermaier y Karin Petersen, siguieron adelante con el plan de desarrollar un producto de alto valor proteico, que pudiera servir de alternativa a la soja como fuente de proteína vegetal.
Con la empresa Prolupin lanzaron finalmente al mercado, en 2011, el primer helado a base de lupino. Y tuvieron éxito: entre 300.000 y 400.000 potes de este helado se han vendido anualmente, sobre todo en ciudades grandes de Alemania. Y ya se anuncia la aparición de otros productos, que pueden reemplazar a los lácteos en las mesas de los veganos. Una muestra de que el lupino tiene mucho que ofrecer, más allá de su uso como pienso para el ganado.