Premio del Futuro para el lupino

En Berlín acaba de entregarse el Premio del Futuro 2014. Este recayó en un equipo que desarrolló un proceso para extraer las proteínas del lupino y creó un producto con múltiples usos para la industria alimentaria.

Imagen: Ansger Pudenz/Deutscher Zukunftspreis

El Premio del Futuro se otorga a ideas innovadoras e inventos que ya hayan entrado en el mercado o estén a punto de hacerlo. Se ha entregado ya en 18 oportunidades y muchos de los productos distinguidos con él han tenido éxito a nivel mundial. Entre los galardonados se cuenta, por ejemplo, Stefan Hell, el inventor del microscopio de fluorescencia de superresolución, que lo recibió en 2006 y que este año ganó nada menos que el Premio Nobel de Química.

Otro ejemplo: Peter Grünberg, Premio Nobel de Física 2007, había sido galardonado en 1998 con el Premio del Futuro. Grünberg desarrolló cabezales para la lectura de la información de los discos duros. Un producto que revolucionó la tecnología computacional.

Grano multiusos

Ahora, el Premio del Futuro fue entregado a un equipo de investigadores del Instituto Fraunhofer, que desarrolló un proceso para obtener proteínas del grano de lupino. El producto es un polvo sin olor y de sabor neutral, que puede ser utilizado para la producción de diversos alimentos.

El aceite y las fibras que quedan como residuos del proceso también pueden utilizarse en la industria alimentaria. El primero se puede refinar y emplear para cocinar, y las fibras pueden mezclarse, por ejemplo, con harina para hacer pan u otras masas.

No solo para veganos

Peter Eisner, uno de los premiados, explicó que llevan trabajando en este proceso desde 1998, y que hace seis años casi se habían dado por vencidos. Pero, junto con Stephanie Mittermaier y Karin Petersen, siguieron adelante con el plan de desarrollar un producto de alto valor proteico, que pudiera servir de alternativa a la soja como fuente de proteína vegetal.

Stephanie Mittermaier, Peter Eisner y Katrin Petersen: el equipo ganador.
Stephanie Mittermaier, Peter Eisner y Katrin Petersen: el equipo ganador. Imagen: Ansger Pudenz/Deutscher Zukunftspreis

Con la empresa Prolupin lanzaron finalmente al mercado, en 2011, el primer helado a base de lupino. Y tuvieron éxito: entre 300.000 y 400.000 potes de este helado se han vendido anualmente, sobre todo en ciudades grandes de Alemania. Y ya se anuncia la aparición de otros productos, que pueden reemplazar a los lácteos en las mesas de los veganos. Una muestra de que el lupino tiene mucho que ofrecer, más allá de su uso como pienso para el ganado.