Nuclear y renovable, ¿igual de ecológica?

Polonia, la República Checa, Gran Bretaña y Francia planearían solicitar para la energía nuclear un trato igual al que en Europa reciben las renovables. Es decir, un apoyo subvencionado con dinero de Bruselas.

Imagen: PETR DAVID JOSEK/AP/dapd

Energía atómica, ¿sí o no? Las posturas en Europa están enfrentadas. “Nein Danke”, “no gracias”, responde Alemania a la pregunta. Este lema del movimiento antinuclear de los años 70 no ha sido, sin embargo, pronunciado en última instancia por los ecologistas germanos. No fueron Los Verdes quienes finalmente ordenaron el cierre de las plantas atómicas en el país, sino el Gobierno de la conservadora Angela Merkel:

“Yo siempre he sido partidaria de la energía nuclear. Pero tras lo sucedido en Japón tuve que reconocer que los pronósticos hechos y las medidas de seguridad tomadas, y eso en un país altamente desarrollado, no fueron suficientes. Esto provocó una catástrofe de considerables dimensiones. Y nos obligó, también aquí en Alemania, a un cambio de mentalidad y a reflexionar acerca de un abastecimiento energético sensato que prescinda de la energía nuclear”.

Fukushima marcó el punto de inflexión. En junio de 2011, cuatro meses después de que el tsunami averiara los reactores nipones, Berlín anunció su intención de retirar paulatinamente de la red todas sus centrales nucleares. Si el plan se cumple, en 2022 no quedará ninguna en funcionamiento. Esta semana, Austria se sumó a la vía alemana y anunció para 2015 un suministro eléctrico completamente al margen de la energía atómica.

Pero la mayoría de los socios comunitarios marchan por otros derroteros. Los hay incluso que no sólo no abandonan sino que además potencian las fuentes nucleares. Polonia y la República Checa, por ejemplo, proyectan construir nuevos reactores. Gran Bretaña y Francia nuevas centrales. Según la prensa, estos cuatro países habrían dirigido una carta a la actual presidencia danesa de la Unión Europea. En la misiva, pedirían una equiparación de la energía nuclear a las renovables, lo que le permitiría a la primera el acceso a subvenciones similares a las que reciben las segundas. La edificación de plantas atómicas y el desarrollo de la energía nuclear recibirían entonces fondos de Bruselas como lo hacen los trabajos en el campo de lo solar o de lo eólico.

Al fin y al cabo, tampoco la energía atómica genera emisiones, se alega. Y aquí entra en juego otra cuestión: Europa, con especial hincapié por parte de Alemania, se ha propuesto reducir hasta 2020 la contaminación que vierte a la atmósfera en un 20%, recuerda Holger Krahmer, eurodiputado del Partido Liberal:

“En Europa nos hemos fijado unos objetivos climáticos muy ambiciosos que sin la energía nuclear seguramente serán imposibles de cumplir. Por eso estoy convencido de que los cuatro países tendrán éxito con su iniciativa”.

De momento, los cuatro países no han confirmado que tal iniciativa exista. Y aún así, ya se debate fervientemente sobre ella. La discusión deja patente que los europeos no sólo tienen diferentes visiones acerca de la composición de su abastecimiento energético futuro; también que opinan diferente sobre lo que puede calificarse de fuente climáticamente limpia y lo que no. Para los ecologistas, el átomo sigue sin representar una alternativa. No respeta el medio ambiente, no es seguro y ni más barato, niega en contra de la argumentación general la eurodiputada y presidenta de Los Verdes en la Cámara comunitaria, Rebecca Harms.

“Yo creo que está clarísimo que los cuatro países saben que sin subvenciones la energía nuclear no es competitiva y que intentan continuar aferrándose a ella”.

Asegura el diario alemán Süddeutsche Zeitung que los cuatro países tienen previsto hacer oficial su petición en la próxima reunión de los ministros de Energía de la Unión. Hasta entonces, las instituciones europeas evitan involucrarse excesivamente en la discordia y prefieren apelar a la libertad de cada miembro a la hora de elegir fuente energética. Lo indicaba Günther Oettinger, comisario europeo de Energía:

“Si el objetivo central de nuestra hoja de ruta climática es una economía cuyas emisiones de CO2 vayan aproximándose a cero, hay que reconocer que la energía nuclear sigue siendo una opción. Es decisión libre de los Estados el decir sí o no a la energía atómica, sí o no a su desmantelamiento o a su desarrollo”.

Autor: LB/ dpa/ afpd/ rtrd

Editor: Enrique López