Malaria: una picadura que puede ser mortal
La malaria es una enfermedad tropical presente en más de 100 países. Este mal transmitido por un mosquito mata a miles de personas todos los días.
La malaria afecta a todos los países de América Latina y Asia, aunque causa más muertes en África. Unos 500 millones de personas enferman de malaria cada año. Un mal que mata a un millón. Casi dos tercios de todos los casos de malaria relacionados con muertes ocurren entre el 20% más pobre de la población del mundo.
Por ello la Organización Mundial de la Salud, la UNICEF, el Banco Mundial y las Naciones Unidas para el Desarrollo crearon el Fondo para erradicar el Paludismo, el cual tuvo como objetivo reducir a la mitad el número de muertes causadas por malaria para el 2010.
Con la oscuridad llega la muerte. Es apenas tras la caída del sol que se activa este anophelex, mosquito o zancudo que transmite la malaria. De los cuatro tipos existentes, es el Plasmodium falciparum, el maligno. Un mal que es transmitido sólo por el anophelex hembra.
Cuando una persona es picada por uno de estos animales, es inyectado el parásito de la malaria, el cual se alimenta de la sangre y puede permanecer latente dentro del organismo durante años, ocasionando ataques esporádicos. Si los síntomas durante los 3 primeros meses de la infección no son reconocidos, la enfermedad puede causar la muerte. En África muere un niño cada 30 segundos.
A pesar de una lucha de décadas, hasta ahora no hay ni una vacuna ni una inmunización contra ella. La bióloga alemana Maya Kono es una de las personas que ha emprendido la lucha contra el mal desde el Instituto Bernhard Nocht para Medicina Tropical, con sede en Hamburgo:
"Nosotros trabajamos con el transmisor de la malaria que penetra los glóbulos rojos y se alimenta de hemoglobina, la sustancia que le da el color rojo a la sangre. Después de 48 horas, las células infectadas estallan e infectan otras células. Para mí es vital saber cómo se desarrolla esa invasión. ¿Cómo identifica este parásito los glóbulos rojos?", dice la científica.
Las proteínas son vitales en ese proceso de transmisión de la infección. Éstas se sujetan como llaves en una cerradura en las membranas protectoras de los glóbulos rojos, abriéndole las puertas a los parásitos que causan la malaria. Si se lograra bloquear las proteínas que permiten la infección, una invasión de Plasmodium falciparum se haría imposible.
¿El problema? Existen unas 70 proteínas involucradas en la infección. Veinte de ellas han sido descubiertas por la joven científica alemana Maya Kono.
"Es un ciclo muy complejo. A pesar de los adelantos el desarrollo de una vacuna va seguir tomando años. El mayor problema es que el parásito desarrolla rápidamente resistencias contra las sustancias que lo atacan: si no funciona una llave para entrar a los glóbulos rojos, cambia de estrategia y usa otra”, explica.
Pero en la lucha contra la malaria no sólo ayuda la investigación básica. De ello está seguro el profesor Rolf Horstmann, director del Instituto Bernhard Nocht, quien recuerda que la malaria es, sobre todo, una enfermedad de los más pobres.
Cuando los afectados no tienen medicamentos ni reciben la atención médica especializada, se convierten en víctimas dobles, sobre todo los niños. El profesor Rolf Horstmann hace notar, sin embargo, que "también los adultos, la generación productiva de una sociedad, rinden menos en sus trabajos debido a la infección con malaria. Este es un círculo vicioso: los pobres sufren más malaria y ésta empobrece más a sus sociedades.”
Autor: José Ospina-Valencia
Editora: Emilia Rojas