¿Lucha contra molinos de viento?
En la Feria Internacional de la Energía Eólica, que tiene lugar en Hamburgo, se exhiben rotores de más de 150 metros de diámetro y un rendimiento de 6 megavatios. Estos enormes aparatos han sido concebidos para ser instalados mar adentro.
Pero también en tierra se vuelven rentables los parques eólicos en cada vez más lugares, gracias al avance tecnológico. Las dimensiones no son tan gigantescas, pero de todos modos los rotores superan a veces los 130 metros de diámetro, y la altura a la que está el centro del rotor de la turbina puede alcanzar los 150 metros. De este modo, instaladas en altas torres, las hélices podrían girar también sobre la copa de los árboles.
Así se vuelve posible la instalación de plantas eólicas también en zonas de bosques. Pero eso espanta a los ambientalistas, por mucho que aprecien las virtudes de las energías renovables.
Críticas de ecologistas
En diversas regiones de Alemania se ha autorizado la utilización de áreas boscosas para la generación de energía eólica. Según el presidente de la Fundación Alemana para la Fauna Silvestre, las consecuencias son negativas porque se necesita abrir brechas de unos seis metros de ancho en los bosques para poder instalar las torres. Esas vías tienen que estar reforzadas, porque hay que transportar turbinas de unas 100 toneladas. Además, en torno a cada una de ellas hay que despejar un área bastante amplia, para que los rotores puedan ser colocados en su posición mediante gigantescas grúas.
La organización ecologista alemana NABU ha formulado duras críticas, por ejemplo, contra el parque eólico de Jördenstorf, en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, que se construye en las cercanías del lugar donde empollan águilas de un tipo que está amenazado de extinción y por eso goza de protección especial.
Responsabilidad política
Con motivo de la feria de Hamburgo, NABU exhortó a respetar las normas medioambientales y a no incrementar la explotación de las energías renovables a costa del hábitat de diversas especies.
La organización ambientalista alemana está a favor del desarrollo de la energía eólica, pero denuncia graves problemas en la selección de los lugares de instalación y en la puesta en práctica de determinados proyectos. Es otra cara de la medalla que, realidad, atañe principalmente a las autoridades políticas. A ellas compete también fijar el marco para el desarrollo de esta energía renovable, según subraya la industria, que critica a su vez proyectados cambios en materia de subvenciones.