Loveparade: pesadilla en Duisburgo
1. Testimonios anónimos
"Los han pisoteado y aplastado"
"Han luchado por salvar su vida entre la masa de gente. Hay que imaginarse la situación: la gente aplastada".
"La gente, sin aire para respirar, las personas encima las unas de las otras".
"Han trepado por encima de la gente para llegar a las escaleras, para poder escapar de la multitud".
Son algunos de los testimonios de una tragedia que ha teñido de luto a toda Alemania. Todo estaba a punto en Duisburgo para la celebración de la mayor fiesta de la música electrónica del mundo. La Loveparade, un evento que nació en Berlín en 1989 y que en las últimas dos décadas se convirtió en referencia mundial. En esta ocasión, más de un millón de personas se habían dado cita en la ciudad del estado federado de Renania del Norte-Westfalia. En su gran mayoría, jóvenes. Nada hacía presagiar la tragedia. Un ataque de pánico colectivo desató una estampida que acabó con la vida de 21 personas y medio millar de heridos.
2. Adolf Sauerland
"Ayer y hoy, la cuestión se centra en la responsabilidad. También mi responsabilidad personal. Me haré personalmente esa pregunta, eso está fuera de toda duda. Pero hoy, y en los próximos días, de lo que se trata es de superar estos terribles acontecimientos y reconstruir los hechos para poder tener una idea global de lo que sucedió. Y cuando sepamos lo que pasó, entonces responderemos también a esa pregunta. Lo prometo".
La voz que escuchábamos corresponde a Adolf Sauerland, el alcalde de Duisburgo. Él es blanco de buena parte de las críticas. También la empresa organizadora del evento, Lopavent. Ambos habrían desoído las advertencias que en materia de seguridad realizaron en las semanas y meses previos tanto la policía como el cuerpo de bomberos de la ciudad. Entre ellas, que el aforo del recinto, para 300.000 personas, era muy inferior a la asistencia prevista. Además, se habilitó una única vía de acceso. Dos circunstancias que, unidas a un retraso de dos horas en la apertura del recinto, desembocó en la tragedia. Como señala el fundador de la Loveparade, Matthias Roeingh.
3. Matthias Roeingh
"Cuando se reúne un millón de personas, lo que se necesita realmente es mucho espacio. Y lo que no se puede hacer es conducirlos a todos a través de un único camino hacia el recinto donde se celebra el evento. Debe haber varias posibilidades para salir. En Berlín, en Tiergarten, la gente podía abandonar la zona en apenas unos momentos. Aquí no, el recinto era cerrado, sólo había un acceso a través del túnel".
La investigación está en manos de la Fiscalia de Duisburgo. Hasta que no concluyan las diligencias, tan sólo se dispone de un informe preliminar elaborado por la policía. En él se atribuye la mayor responsabilidad a la empresa organizadora de la Loveparade, como destaca Ralf Jäger, ministro de interior del gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia.
4. Ralf Jäger
"El organizador es responsable en exclusiva de la ejecución de las medidas de seguridad en el recinto del evento. Debe garantizar la seguridad de los participantes con sus propios agentes privados y ceñirse a la autorización municipal".
Según Jäger, la organización contrató a menos agentes de seguridad privada de los prometidos. Y sólo cuando la situación se había desbordado reclamó la ayuda de los agentes de policía regionales y federales. Demasiado tarde.
5. Testimonio anónimo
"Creo que se vendió y traicionó a la ciudad de Duisburgo y que se dañó su buen nombre. Esto no tendría que haber sucedido nunca, y espero que el señor Sauerland, en la conferencia de prensa, anuncie su marcha".
Lo que oíamos es un testimonio anónimo de un ciudadano de Duisburgo reclamando la dimisión de su alcalde. El dolor ha dado paso a la indignación y la perplejidad de los habitantes de esta ciudad alemana. Y es que Duisburgo quedará tristemente asociado para siempre a la tragedia de la Loveparade. Un evento que nunca más volverá a celebrarse.
Autor: Emili Vinagre
Editor: Emilia Rojas-Sasse