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La historia de Bohdan, combatiente del batallón de Azov

Bohdan, exprisionero de guerra ucraniano, relata a DW los combates por Mariúpol y las condiciones en el búnker de la acería de Azovstal. Fue liberado mediante intercambio y quiere volver al frente.

Bohdan, combatiente del batallón de Azov.
Bohdan: herido de guerra, en cautiverio, liberado y con la esperanza de regresar al frente.Imagen: DW

Nos reunimos con Bohdan en Kiev el 1 de septiembre de 2022. DW no ha podido verificar de manera independiente sus declaraciones.

A la entrevista, Bohdan apareció con una camiseta negra con un símbolo conocido como el "sol negro", usado por los nazis en Alemania en la década de 1930. Hace tiempo, dicho símbolo formaba parte del emblema oficial del batallón Azov, pero luego se eliminó del logotipo, sin aportar los motivos de dicha decisión. El batallón justifica su uso, afirmando que el "sol negro" es un antiguo símbolo ucraniano, que representa la destrucción de lo viejo y la restauración de lo nuevo. Según Bohdan, la camiseta se la dio una persona cercana a él.

La noche del 24 de febrero, Bohdan estaba viendo una película con un amigo. Pero, a las 5 de la mañana, los despertó un compañero: "¡Chicos, prepárense, es la guerra!". Bohdan, de 21 años, apodado "Budapest", es un combatiente del batallón ucraniano Azov. Los hombres fueron enviados de inmediato a Mariúpol, la ciudad portuaria en el Mar de Azov, donde se encuentra la gran acería.

Ansiando la liberación

El batallón de Azov forma parte de la Guardia Nacional y, por lo tanto, está subordinado al Ministerio del Interior de Ucrania. A los combatientes se les considera bien entrenados. Pero esta unidad de combate también es controvertida, porque está formada por nacionalistas y extremistas de derecha. Esto es utilizado por Rusia, entre otras cosas, como pretexto de guerra contra Ucrania.

A partir del 7 de marzo, dice Bohdan, comenzaron los combates callejeros en Mariúpol y el 10 de marzo la ciudad fue sitiada. Con cada día que pasaba, perdían la esperanza de que Mariúpol pudiera defenderse y cambiar la situación.

"En abril, no recuerdo el día exacto, dijeron que la operación (de recuperación de la ciudad) comenzaría a las 4 a. m.", dice Bohdan. Pero, durante diez días no pasó nada, nadie llegó a socorrerlos, Bohdan entonces se dio cuenta de que sería capturado o moriría. "Sabía que no aguantaríamos mucho", dijo el joven.

En el búnker de la acería de Azovstal

Durante los combates en Mariúpol, Bohdan fue herido de metralla en la cabeza. Sus camaradas lo llevaron al búnker de la acería de Azovstal. Bohdan tuvo que mentir debido a su lesión: "La situación del suministro de alimentos era crítica. Había una taza de avena al día y, a veces, solo la mitad, más un pequeño trozo de tocino".

Cuando las tropas rusas arrojaron una bomba en el búnker, la habitación donde yacía Bohdan y otros heridos, quedó sepultada por los escombros. Él fue el único que pudo salvarse. Todos los demás heridos fallecieron. Como resultado, cada vez más gente en el búnker quería rendirse, dice Bohdan. Él mismo no quería estar en cautiverio, pero "dijeron que no había otra salida, o en cautiverio o muerto”, recuerda. Finalmente, a Bohdan no le quedó más remedio que unirse a ellos.

A mediados de abril de 2022, después de que las fuerzas rusas y los separatistas prorrusos ocuparan gran parte de la ciudad de Mariúpol, unas 3.500 personas entre ucranianos y combatientes extranjeros se refugiaron en las instalaciones de la acería. Alrededor de 500 mujeres y niños fueron evacuados a principios de mayo de 2022. La noche del 16 al 17 de mayo, cientos de defensores ucranianos se rindieron y el 18 de mayo, Rusia informó que otros 700 también se habían rendido.

Edificio bombardeado en Mariúpol.
En la ciudad de Mariúpol, muchos ucranianos tuvieron problemas para acceder a alimentos durante la ocupación rusa. Imagen: Peter Kovalev/TASS/IMAGO

De Novoazovsk a Donetsk

Bohdan recuerda que había banderas y símbolos rusos por todas partes mientras lo sacaban de la acería en camilla. En el Donbás, a unos 50 kilómetros al este de Mariúpol, la Cruz Roja lo recogió. Se le preguntaron los datos de su familia, pero el joven se negó a revelarlos: "Dije que no daría el número de teléfono a menos que pudiera llamarla yo mismo". Nunca volvió a ver a esos suspuestos empleados de la Cruz Roja.

Luego, Bohdan fue trasladado a un hospital en Donetsk. Todos las plantas, excepto una, estaban llenas de prisioneros de guerra ucranianos heridos. En una planta separada yacían combatientes de la autoproclamada "República Popular de Donetsk". En las habitaciones de los militares ucranianos, las puertas debían estar abiertas. A menudo, eran humillados verbalmente por los partidarios de la "República Popular de Donetsk": "Una enfermera comenzó a decirnos lo malos que éramos y que ella había estado sufriendo las bombas durante ocho años".

Un día, los representantes del servicio de inteligencia ruso se le acercaron. "Querían saber cuánto equipamiento (militar) tenía el batallón de Azov y dónde estaban los depósitos de municiones. También querían saber los nombres de los oficiales", cuenta Bohdan.

Además le preguntaron que por qué mató a soldados rusos. Bohdan contestó: "Porque vinieron a mi casa con armas. Si veo a un tipo con un uniforme extraño, por supuesto que disparo".

El esperado intercambio

Bohdan estaba deprimido, porque no podía comunicarse con su familia y porque había escuchado que las negociaciones sobre el intercambio de prisioneros, habían fracasado. Los camaradas de Bohdan, que supuestamente tendrían que ser intercambiados por rusos, regresaron al hospital.

Pero un día se les dijo a los soldados ucranianos heridos, incluido Bohdan, que empacaran sus cosas. Se prudujo el intercambio de prisioneros: "Vine a Zaporiyia, vi la ciudad, a la gente. Enseguida me pusieron en una camilla, varios médicos vinieron hacia mí y todos me ayudaron".

Bohdan, fue puesto en libertad el 29 de junio en el marco del mayor intercambio entre Rusia y Ucrania desde el comienzo de la guerra. 144 prisioneros regresaron a Ucrania, ente ellos 95 defensores de la planta siderúrgica y 43 combatientes del batallón de Azov.

En cuanto a los prisioneros de guerra de Rusia y las seudorrepúblicas, él cree que les va mejor en cautiverio ucraniano que en Rusia: "Tienen más derechos en cautiverio aquí que en su propio país".

Tras su rehabilitación, el ucraniano quiere volver al frente: "Es mi deber defender mi país, sus intereses y su integridad territorial".

A este artículo se agregó información adicional sobre el batallón de Azov y los símbolos en la camiseta en la foto principal.

(rmr/ms)