La captura de CO₂ ante un futuro incierto
Las centrales eléctricas de combustibles fósiles emiten inmensas cantidades de gases nocivos para el clima. Con ayuda de la tecnología CCS (Carbon Capture and Storage) estos gases podrían ser capturados y almacenados en el interior de la Tierra, evitando que lleguen a la atmósfera. Sin embargo, la captura de CO₂ sigue siendo controvertida. Sobre todo en Europa, el desarrollo de esta técnica está paralizado, afirma la Comisión Europea.
En Alemania, la consolidación de la tecnología CCS fracasó ante las fuertes protestas de la población, así como de políticos. Entretanto, proyectos de construcción de grandes instalaciones de captura de CO₂, de gasoductos de CO₂ u otras instalaciones para almacenar el gas en el subsuelo han sido suspendidos.
Investigadores demandan escenarios realistas
Para limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados, la Unión Europea y la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) siguen apostando por la técnica CCS. En un informe actual, la IEA da por sentado que, hasta el año 2035, “casi el 30 por ciento de las nuevas centrales eléctricas estarán provistas de CCS.”
Manfred Fischedick, experto en CCS y vicepresidente del Instituto Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía, recomienda a la Unión Europea y la IEA esperar primero los resultados de la investigación: “Hay una diferencia entre el deseo y la realidad. Actualmente, no me puedo imaginar que en el 2020 o 2025 se haya puesto en práctica el CCS en Europa y el mundo. Por consiguiente, recomiendo ser más realistas.”
También el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) critica el escenario planteado por la Unión Europea. Christian von Hirschhausen, director de investigación de Economía Industrial de dicho instituto, descarta que el CCS sea la base para el abastecimiento energético del futuro. Según el científico, los escenarios de la Unión Europea están atrasados cuatro o cinco años, y parten de la hipótesis de que la captura de CO₂ es técnicamente segura y económicamente justificable. Pero, en su opinión, ambas cosas resultaron ser falsas.
Costos adicionales de hasta un 80 por ciento
Fischedick y la compañía de electricidad alemana RWE calculan que los costos adicionales para las centrales eléctricas con CCS serán de entre un 60 y un 80 por ciento por kilovatio/hora producido . En Alemania, por ejemplo, esta electricidad tendría un costo de 13 centavos de euro por kilovatio/hora. En comparación, la electricidad solar o eólica cuesta menos de 10 centavos, y para el 2025 expertos pronostican que este costo se reduzirá a siete centavos.
CCS en centrales viejas y en la industria
Pese a que las energías renovables parecieran ser la única opción para una economía energética europea sostenible y baja en dióxido de carbono, Fischedick opta por sostener la investigación de CCS: “Por motivos de protección climática nos podríamos encontrar en una situación en la que tengamos que reequipar las centrales eléctricas. Por ello, deberíamos seguir desarrollando esta técnica y aclarar la cuestión de seguridad. La industria, por ejemplo, es un posible lugar de empleo del CCS. Mediante esta técnica, se podría capturar el dióxido de carbono liberado en procesos industriales”.
En la actualidad, investigadores también están combinando la tecnología CCS con centrales de biomasa. Según un reciente estudio del Instituto Potsdam de Investigación del Impacto Climático, esto no solo permitiría detener el cambio climático, sino hasta revertirlo.
Autor: Gero Rueter/ VC
Editor: Emilia Rojas Sasse