De Facto 14.10.11
Hacia el este de Europa se volvieron las miradas esta semana, no sólo por las elecciones celebradas en Polonia, en las que el primer ministro, Donald Tusk, logró la reelección. Más llamó la atención Ucrania, donde la ex jefa de Gobierno, Julia Timoshenko, fue condenada a 7 años de cárcel. Un tribunal la sentenció por haber hecho mal uso de su cargo cuando en el año 2009, siendo primera ministra, Ucrania negoció con Rusia un acuerdo para poner fin a la crisis del gas, que fue considerado perjudicial para Kiev. Apenas conoció el veredicto, Timoshenko denunció que el juicio había sido una farsa política.
A las protestas de los opositores ucranianos se sumaron también las de líderes europeos como Catherine Ashton, encargada de la política exterior de la UE: “El juicio que tuvo lugar, desde nuestro punto de vista, no respetó los estándares internacionales de transparencia e imparcialidad. Repetidamente pedí que se los cumpliera, en diversas declaraciones. Desgraciadamente, lo que hemos visto confirma que la justicia se está aplicando en forma selectiva en lo que consideramos una persecución política de líderes de la oposición y miembros del antiguo Gobierno”.
Cae el Gobierno de Eslovaquia
Al este de Europa se trasladó también transitoriamente el foco de la atención en lo tocante a la crisis de la deuda. Eslovaquia era el único país de la eurozona que faltaba por aprobar la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF). La polémica al respecto acabó con la coalición de Gobierno, ya que los neoliberales se negaron a secundar a la primera ministra Iveta Radicova, con estos argumentos expuestos por Richard Sulik: “Eslovaquia es el país más pobre de la Unión Europea y, al mismo tiempo, es el que más debe pagar proporcionalmente. La ampliación del salvavidas financiero se contradice con nuestro tratado de coalición y le costará cara a Eslovaquia”.
Dos días más tarde, el parlamento eslovaco aprobó la ampliación del Fondo de Estabilización, con los votos de la oposición socialdemócrata. El precio fue la convocatoria a elecciones anticipadas para el próximo mes de marzo.
Recapitalización de la banca
Pero la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera no resuelve los problemas de la eurozona. La estabilidad de la banca está ahora en la mira. La canciller alemana, Angela Merkel, ya había dejado en claro, en un encuentro con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que habrá que evitar a toda costa que la crisis de la deuda griega desemboque en una nueva crisis bancaria. “Estamos decididos a hacer lo necesario para segurar la recapitalización de nuestros bancos, porque un razonable abastecimiento de créditos es la base de un buen desarrollo económico”, afirmó Merkel.
También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, exhortó con vehemencia a recapitalizar los bancos: “Pese a las promesas hechas por los jefes de Estado y de Gobierno el 21 de julio de que respaldarán a los países y programas, y pese a que se ha asegurado que el aporte de los acreedores privados se limitará estrictamente a Grecia, el peligro de contagio no se ha reducido. Para conjurar definitivamente esos peligros que entorpecen nuestros esfuerzos, debemos reforzar el muro protector en torno al euro. Necesitamos instrumentos más fuertes y dignos de confianza”.
Confianza y estabilidad política es lo que sigue faltando en varias partes de Europa en estos tiempos de crisis. Por ejemplo en Italia, donde, a los escándalos financieros y de faldas que rondan al primer ministro, se suma el problema de una gigantesca deuda fiscal. Mientras el país ve recortar sus índices de solvencia y crecer las protestas ciudadanas, Silvio Berlusconi terminó la semana ganando una vez más un voto de confianza en el parlamento.
Autora: Emilia Rojas
Editor: Enrique López