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Células madre evitan amputaciones

En Alemania se realizan cada año 30.000 amputaciones. El grupo de mayor riesgo lo componen los diabéticos. Ahora se experimenta con células madre. Éstas mejoran la irrigación y aceleran el proceso de curación de heridas.

Manche Amputierte gehen mit fünf Bein-Prothesen nach Hause, die für unterschiedliche Situationen gedacht sind: Eine hydraulische, die das Gehen erleichtert, eine zum Schwimmen, eine zum Rennen, eine zum Skifahren und eine kosmetische, auf die auch ein Tattoo graviert werden kann. Mehrere zehntausend Dollar kann eine Prothese kosten, die Armee übernimmt die Rechnung.
Gracias a las células madre los pacientes conservarían sus piernas y no necesitarían prótesis.Imagen: DW/C.Bergmann

Una herida puede demorar mucho tiempo en curarse. Esto vale tanto para pacientes viejos, como jóvenes. En el caso de los diabéticos la situación es aún más compleja y puede ser que las heridas no lleguen a curarse nunca. A estos pacientes les faltan sobre todo células madre mesenquimales. Estas son células muy activas, que se multiplican por medio de fisión o división, creando nuevos tipos celulares. Como, por ejemplo, células endoteliales, que recubren el interior de vasos sanguíneos o células epidérmicas.

Estas últimas son fundamentales en el proceso de cierre de una herida, explica el profesor Lukas Prantl de la Clínica Universitaria de Ratisbona: “Estas células, al ser aún células inmaduras, tienen el potencial de desarrollarse y llegar de un estado inmaduro a uno maduro. Así van creando ciertas estructuras y vasos sanguíneos. Claro que esto vale también para la capa superficial de una herida, la epidermis. Estas células reducen así el tamaño de la herida y aceleran el proceso de curación.”

Tejido graso – nada estético, pero muy útil

Normalmente el cuerpo mismo transporta las células mesenquimales, por medio de la sangre, hasta arrojarlas sobre la herida. Pero ¿qué hacer cuando este proceso no entra en funcionamiento por sí mismo o lo hace sólo muy lentamente? La solución la proporciona el tejido graso, porque en él se encuentran 500 veces más células madre que en la médula ósea.

Prantl, director del Centro de Cirugía Plástica, les extrae a sus pacientes alrededor de 50 mililitros de grasa, por medio de una cánula de succión. De allí obtiene casi inmediatamente unas dos millones de células madre, que preparadas en una solución pueden ser escurridas sobre la herida del mismo paciente del cual provino la grasa.

“En el marco de experimentos de curación, hemos tratado a pacientes en los cuales ya habían fracasado todas las terapias. Y justamente en estos pacientes pudimos observar que se cerraran las heridas en el lapso de apenas tres meses. Confiamos en poder continuar con éxito sobre este camino”, relata Prantl.

Berlín experimenta con médula ósea

En el hospital Franziskus, en Berlín, se llevan a cabo experimentos similares con células madre, para la curación de heridas. El Dr. Berthold Amman del centro de vasos sanguíneos se especializó en pacientes en los cuales la oclusión en los vasos de los miembros inferiores llevó a serias alteraciones de la irrigación sanguínea.

Únicamente en Alemania se llevan a cabo 30.000 amputaciones al año porque las arterias de las piernas no dejan pasar prácticamente sangre. La intención del Dr. Amman es que las células madre formen nuevos vasos sanguíneos, que pongan en marcha la irrigación. Lo primero que hace el especialista es extraer con una aguja hueca aproximadamente 250 mililitros de médula ósea roja de la cadera del paciente. Las células madre contenidas allí son centrifugadas e inyectadas en la pierna, a lo largo del músculo, por medio de 40 a 60 punciones.

“En los pacientes en los cuales inyectamos células madre de la médula ósea hemos logrado una curación de las heridas notoriamente mejor. Asimismo pudimos medir una mejor irrigación,” cuenta orgulloso el experto berlinés.

En efecto, las células madre permitieron que se formaran nuevos vasos sanguíneos en la pierna. Este estudio, que se lleva a cabo con 94 pacientes en el hospital Franziskus de Berlín, comenzó hace no más de tres meses. Pero, para saber si este tratamiento realmente permite reducir el número de amputaciones, habrá que esperar aún medio año más. Entonces el Dr. Berthold Amman podrá evaluar los resultados del estudio y hacer pronósticos certeros.

Autora: Valeria Risi

Editor: Enrique López Magallón