Comercio justo en Alemania

“El comercio justo consigue aportar una salida al mercado para productores desfavorecidos de países del sur y establecer relaciones comerciales a largo plazo. Es algo muy importante, puesto que supone una seguridad de planificación para los productores. La idea es comerciar tan directamente como sea posible y acabar con el comercio desleal. Se trata de pagar precios y salarios que aseguren unas condiciones de vida dignas, y ofrecer la posibilidad de financiación en caso de que así se desee.”

Antje Edler es la directora del Foro de Comercio Justo, una red que organiza el comercio justo en Alemania. Una tendencia que, actualmente, constituye una minoría en el país: tan sólo un 1% de los productos que se venden en los supermercados alemanes llevan el sello del comercio justo.

Cuestión de precios

Aunque en el producto más vendido, el café, el porcentaje asciende a 1,25%, no es nada comparado con países como Suiza o Gran Bretaña, donde las cifras llegan a alcanzar el 30% o incluso 50% en determinados productos.

“Alemania es un mercado difícil, porque los consumidores se fijan mucho en los precios. Por ello, para nosotros es importante explicar los costes que suponen los precios bajos en retrospectiva. Somos responsables también cuando los productores del sur no pueden subsistir con ello, o no pueden enviar a sus hijos a la escuela.”

Por el momento, los productos de comercio justo en Alemania no dejan de ser productos dirigidos a un pequeño grupo de población, pero Antje Edler se muestra optimista. En 2010, de hecho, el número de cafeterías, restaurantes y panaderías que comenzaron a ofrecer este tipo de productos aumentó en un 20%, llegando ya a los 18.000 locales – entre ellos Starbucks.

Los próximos objetivos

Antje Edler confía en que el compromiso se fortalezca con otros productos de comercio justo, como el chocolate y el cacao, para combatir el gran problema del trabajo infantil. Los otros productos más frecuentes en el comercio justo son el té, el azúcar y los plátanos.

El comercio justo podría ser una eficaz forma de combatir el hambre en el mundo, según Edler. En un planeta en el que muere más gente a causa del hambre que del SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos, cualquier pequeño esfuerzo merece la pena para asegurar la subsistencia y la seguridad de alimento a largo plazo para todos.

Cantidad y calidad

Además, implica un desarrollo de la agricultura y las superficies cultivables, según Edler. Tres cuartos de la población pobre vive del campo, a pesar de que los bienes que producen no alcanzan para alimentar a sus familias. Por eso, las conexiones con empresas importadoras de comercio justo son esenciales para mejorar sus condiciones de vida… Y también la calidad de sus productos a través del desarrollo de la tecnología agraria.

Hoy en nuestras audiorecetas vamos a preparar un postre que volverá locos a niños y mayores por su sabor y su fama, pero con el que además de deleitarnos a la hora de comerlo, vamos a contribuir a que los productores del sur vivan mejor. Vamos a utilizar ingredientes de comercio justo, plátanos, chocolate, y buenas cantidades de azúcar… Para preparar un deliciosos Banana Split.

Banana Split

Ingredientes

1 bola de helado de vainilla (125 g)

1 bola de helado de chocolate

1 bola de helado de fresa

1 plátano maduro

2 cucharadas de sirope de chocolate o azúcar caramelizado

Crema batida

Fresas, piña y nueces frescas al gusto

3 guindas

Preparación

Colocar las bolas de helado una detrás de otra en un plato o fuente oval.

Sin pelar el plátano todavía, cortar ambas puntas, y cortar a continuación por la mitad en sentido vertical. Pelar las dos mitades y colocar a ambos lados de las bolas de helado.

Coronar la bola de helado de vainilla con piña en trozos o machacada, la de chocolate con el sirope de chocolate o azúcar caramelizado y la de fresa con las fresas en láminas o picadas.

Salpicar las tres bolas con las nueces frescas enteras o picadas, y completar el postre con un chorrito de crema batida y una guinda para cada bola de helado.

Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz